Esto Aconteció en los Días de Asuero (el Asuero que Reinó
desde la India hasta Etiopía, sobre 127 provincias).
2
En aquellos Días, cuando el rey Asuero se Había sentado en
su trono real que estaba en Susa, la capital,
3
en el tercer año de su reinado, hizo un banquete para todos sus
magistrados y servidores. Los jefes del ejército de Persia y de Media,
los nobles y los magistrados de las provincias estaban ante él,
4
mientras les mostraba por muchos Días (180 Días) la gloriosa
riqueza de su reino y el costoso esplendor de su grandeza.
5
Una vez cumplidos estos Días, el rey hizo un banquete durante siete
Días para todo el pueblo que se hallaba en Susa, la capital, desde
el mayor hasta el menor, en el patio de los jardines del palacio real.
6
Había lienzos de lino blanco y azul, sujetos por cordones de lino
y de Púrpura a anillos de plata y a columnas de Mármol. Los
divanes de oro y de plata estaban sobre un pavimento de alabastro, de
Mármol, de madreperla y de ónice.
7
Y conforme a la generosidad del rey, daban a beber mucho vino real en vasos
de oro, vasos diferentes unos de otros.
8
La bebida era, de acuerdo con lo establecido, sin ninguna Obligación;
porque el rey Había mandado a todos los mayordomos de su casa que
se hiciese conforme al gusto de cada uno.
9
También la reina Vasti hizo un banquete para las mujeres en el palacio
real del rey Asuero.
10
En el séptimo Día, estando el Corazón del rey alegre
a causa del vino, Mandó a Mehumán, a Bizta, a Harbona, a Bigta,
a Abagta, a Zetar y a Carcas (los siete eunucos que Servían personalmente
al rey Asuero),
11
que trajesen a la presencia del rey a la reina Vasti, con su corona real,
para mostrar su belleza a los pueblos y a los gobernantes; porque ella era
de hermosa apariencia.
12
Pero la reina Vasti Rehusó comparecer, a pesar de la orden del rey
enviada por medio de los eunucos. El rey se Indignó Muchísimo,
y se Encendió en él su ira.
13
Entonces el rey, como era la costumbre del rey con los que Conocían
la ley y el derecho, Preguntó a los sabios conocedores de los tiempos
14
(hizo que se acercaran a él Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres,
Marsena, y Memucán, siete magistrados de Persia y de Media que
Tenían acceso al rey y que ocupaban los primeros puestos en el reino):
15
--Según la ley, ¿qué se ha de hacer con la reina Vasti,
por no haber cumplido la orden del rey Asuero, dada por medio de los eunucos?
16
Entonces Memucán dijo ante el rey y los magistrados: --La reina Vasti
ha actuado mal, no solamente contra el rey, sino también contra todos
los magistrados y contra todos los pueblos que Están en todas las
provincias del rey Asuero.
17
Porque la palabra de la reina Llegará a todas las mujeres y les Hará
mirar con menosprecio a sus maridos, diciendo: "El rey Asuero Ordenó
traer a su presencia a la reina Vasti, pero ella no fue."
18
Y desde este Día las damas de Persia y de Media que hayan Oído
las palabras de la reina Dirán lo mismo a todos los magistrados del
rey, y Habrá mucho menosprecio e Indignación.
19
Si al rey le parece bien, salga de su presencia un decreto real que sea escrito
entre las leyes de Persia y de Media, de modo que no sea abrogado: que Vasti
no venga Más a la presencia del rey Asuero, y que el rey dé
su dignidad real a otra mejor que ella.
20
La sentencia que promulgue el rey Será Oída en todo su reino,
inmenso como es; y todas las mujeres Honrarán a sus maridos, desde
el mayor hasta el menor.
21
Este consejo Pareció bien al rey y a los magistrados, y el rey hizo
conforme al dicho de Memucán.
22
Entonces Envió cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia
conforme a su sistema de escritura y a cada pueblo en su idioma. El
Expresó, en el idioma de cada pueblo, que todo hombre fuese señor
en su casa.
Después de estas cosas, y una vez apaciguada la ira del rey Asuero,
él se Acordó de Vasti, de lo que ella Había hecho y
de lo que se Había decidido con respecto a ella.
2
Entonces dijeron los Jóvenes que Servían al rey: "Búsquense
para el rey Jóvenes Vírgenes de hermosa apariencia.
3
Nombre el rey oficiales en todas las provincias de su reino, para que
Reúnan en Susa, la capital, a todas las Jóvenes Vírgenes
de hermosa apariencia, en el harén que Está bajo el cuidado
de Hegai, eunuco del rey y Guardián de las mujeres; y provéase
su tratamiento cosmético.
4
La joven que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti." Este consejo
Agradó al rey, y Así lo hizo.
5
En Susa, la capital, Había un Judío llamado Mardoqueo hijo
de Jaír, hijo de Simei, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín,
6
que Había sido llevado cautivo de Jerusalén junto con los cautivos
llevados con Joaquín, rey de Judá, a quien Nabucodonosor, rey
de Babilonia, Llevó cautivo.
7
Este Había criado a Hadasa (que es Ester), hija de su Tío,
porque ella no Tenía padre ni madre. La joven era de bella figura
y de hermosa apariencia. Cuando murieron su padre y su madre, Mardoqueo la
Tomó como hija suya.
8
Sucedió que al ser Oídas la palabra y la Disposición
del rey, y al ser reunidas muchas Jóvenes en Susa, la capital, bajo
el cuidado de Hegai, también Ester fue llevada a la casa del rey,
bajo el cuidado de Hegai, Guardián de las mujeres.
9
La joven Agradó a sus ojos y obtuvo gracia delante de él, por
lo que Ordenó que se le administrasen de inmediato su tratamiento
cosmético y su dieta, y que se le asignasen siete Jóvenes escogidas
de la casa del rey. Y la Trasladó con ellas a la mejor Sección
del harén.
10
Ester no Declaró Cuál era su pueblo ni su parentela, pues Mardoqueo
le Había mandado que no lo dijese.
11
Y cada Día Mardoqueo se paseaba frente al patio del harén para
informarse de Cómo le iba a Ester y de qué le Acontecía.
12
Cuando llegaba el turno a cada una de las Jóvenes para venir al rey
Asuero, después de haber estado doce meses sujetas a lo establecido
para las mujeres (porque Así se Cumplía su tratamiento
cosmético, es decir, seis meses con aceite de mirra y seis meses con
perfumes y ungüentos para mujeres),
13
Así es como la joven Venía al rey. Todo lo que ella pidiese
se le daba para llevarlo consigo del harén a la casa del rey.
14
Ella iba al anochecer, y a la mañana siguiente Volvía al segundo
harén bajo el cuidado de Saasgaz, eunuco del rey, Guardián
de las concubinas. No Volvía a ir al rey, salvo si el rey la deseaba,
y era llamada por nombre.
15
Cuando a Ester hija de Abijail, Tío de Mardoqueo, a la que éste
Había tomado como hija, le Llegó el turno para ir al rey, ninguna
cosa Pidió aparte de lo que dispuso Hegai, eunuco del rey, Guardián
de las mujeres. Así Ester Obtenía gracia ante los ojos de todos
los que la Veían.
16
Ester fue llevada al rey Asuero, a su palacio real en el mes décimo,
el mes de Tebet, del séptimo año de su reinado.
17
El rey Amó a Ester Más que a todas las mujeres, y ella Halló
gracia y favor delante de él, Más que todas las Demás
Jóvenes Vírgenes. El puso la corona real sobre su cabeza y
la Proclamó reina en lugar de Vasti.
18
Entonces el rey Ofreció un gran banquete (el banquete de Ester) a
todos sus oficiales y servidores. También hizo Reducción de
impuestos a las provincias y dio obsequios, conforme a la facultad del rey.
19
Mardoqueo estaba sentado junto a la puerta real cuando las Jóvenes
Vírgenes eran reunidas por segunda vez.
20
De acuerdo con lo que Mardoqueo le Había mandado, Ester no Había
declarado Cuál era su parentela ni su pueblo. Ester hizo Según
las instrucciones de Mardoqueo, como cuando estaba bajo su Protección.
21
En aquellos Días, estando Mardoqueo sentado junto a la puerta real,
Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, guardias de la puerta, se enojaron
y conspiraron para quitar la vida al rey Asuero.
22
Este hecho Llegó al conocimiento de Mardoqueo, quien lo Declaró
a la reina Ester, y ella se lo dijo al rey en nombre de Mardoqueo.
23
El hecho fue investigado y hallado cierto, por lo que ambos fueron colgados
en una horca. Esto fue escrito en el libro de las Crónicas, en presencia
del rey.
Después de estas cosas, el rey Asuero Engrandeció a Amán
hijo de Hamedata, el agageo. Lo Enalteció y puso su sitial Más
alto que el de todos los magistrados que estaban con él.
2
Todos los servidores del rey que estaban a la puerta real se arrodillaban
y Rendían homenaje a Amán, porque Así Había mandado
el rey con respecto a él. Pero Mardoqueo no se arrodillaba ni le
Rendía homenaje.
3
Entonces los servidores del rey que estaban a la puerta real preguntaron
a Mardoqueo: "¿Por qué desobedeces la orden del rey?"
4
Y Aconteció que como le hablaban Día tras Día de esta
manera y él no les Hacía caso, lo denunciaron ante Amán
para ver si las palabras de Mardoqueo se Mantendrían firmes; porque
él les Había declarado que era Judío.
5
Cuando Amán vio que Mardoqueo no se arrodillaba ni le Rendía
homenaje, Amán se Llenó de ira.
6
Pero tuvo como poca cosa echar mano Sólo sobre Mardoqueo, pues ya
le Habían declarado Cuál era el pueblo de Mardoqueo. Amán
Procuró destruir a todos los Judíos, el pueblo de Mardoqueo,
que estaban en todo el reino de Asuero.
7
En el mes primero, que es el mes de Nisán, del año 12 del rey
Asuero, fue realizado delante de Amán un pur, es decir, un sorteo,
para elegir un Día y un mes. Y Salió el mes duodécimo,
que es el mes de Adar.
8
Luego Amán dijo al rey Asuero: --Hay un pueblo disperso y diseminado
entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, cuyas leyes son diferentes
de las de cualquier pueblo. Ellos no observan las leyes del rey, y el rey
no tiene ventaja en dejarlos vivir.
9
Si al rey le parece bien, decrétese por escrito que se los destruya,
y yo pesaré en manos de los administradores de las obras Públicas
10.000 talentos de plata, que Serán Traídos a los tesoros del
rey.
10
Entonces el rey se Quitó el anillo de su mano y se lo dio a Amán
hijo de Hamedata, el agageo, enemigo de los Judíos.
11
Y el rey dijo a Amán: --La plata sea para ti, y también el
pueblo, para que hagas con él lo que te parezca bien.
12
Entonces fueron llamados los escribas del rey, el Día 13 del mes primero,
y conforme a todo lo que Mandó Amán se Escribió a los
Sátrapas del rey, a los gobernadores de cada provincia y a los magistrados
de cada pueblo. A cada provincia se Escribió Según su escritura,
y a cada pueblo en su idioma. Se Escribió en nombre del rey Asuero
y se Selló con el anillo real.
13
Y las cartas fueron enviadas por medio de mensajeros, a todas las provincias
del rey, para destruir, matar y exterminar a todos los Judíos, desde
los Jóvenes hasta los ancianos, los niños y las mujeres, en
un solo Día, el 13 del mes duodécimo, que es el mes de Adar,
y para tomar Botín de ellos.
14
Una copia del documento Debía ser promulgada como ley en cada provincia
y Debía ser proclamada a todos los pueblos, a fin de que estuviesen
preparados para aquel Día.
15
Los mensajeros salieron apresurados por mandato del rey. El decreto fue
promulgado en Susa, la capital. Luego el rey y Amán se sentaron a
beber, pero la ciudad de Susa estaba consternada.
Mardoqueo supo todo lo que se Había hecho. Entonces Mardoqueo Rasgó
sus vestiduras, se Vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la
ciudad gritando con fuerza y amargura.
2
Así Llegó hasta la puerta real, pues no estaba permitido pasar
por la puerta real vestido de cilicio.
3
Y en cada provincia y lugar a donde llegaba la orden del rey y su decreto,
los Judíos Tenían gran duelo, ayuno, llanto y Lamentación;
cilicio y ceniza eran la cama de muchos.
4
Las Jóvenes de Ester y sus eunucos fueron y se lo contaron, y la reina
se Estremeció Muchísimo. Ella Envió ropa para vestir
a Mardoqueo y quitarle de encima el cilicio; pero él no la Aceptó.
5
Entonces Ester Llamó a Hatac, uno de los eunucos que el rey Había
puesto al servicio de ella, y lo Envió a Mardoqueo para saber qué
Sucedía y por qué.
6
Hatac Salió y fue a Mardoqueo, a la plaza de la ciudad que estaba
frente a la puerta real.
7
Y Mardoqueo le Reveló todo lo que le Había acontecido, y la
cantidad exacta de plata que Amán Había dicho que Pesaría
para los tesoros del rey a costa de los Judíos, con tal de destruirlos.
8
También le dio una copia del documento del decreto que Había
sido promulgado en Susa para que los Judíos fuesen exterminados, a
fin de que se la mostrase a Ester, le informase y le encargara que fuese
al rey para suplicarle e interceder ante él por su pueblo.
9
Hatac Regresó e Informó a Ester de las palabras de Mardoqueo.
10
Entonces Ester Habló a Hatac y le Mandó que dijera a Mardoqueo:
11
"Todos los servidores del rey y el pueblo de las provincias del reino saben
que para cualquier hombre o mujer que vaya al rey en el patio interior, sin
ser llamado, hay una sola sentencia: Ha de morir, excepto aquel a quien el
rey le extienda el cetro de oro, para que viva. Y yo no he sido llamada para
ir a la presencia del rey en estos treinta Días."
12
Cuando dijeron a Mardoqueo las palabras de Ester,
13
Mardoqueo Mandó que respondiesen a Ester: "No te hagas la Ilusión
de que porque Estás en el palacio del rey, Serás la única
de todos los Judíos que ha de escapar.
14
Si te quedas callada en este tiempo, el alivio y la Liberación de
los Judíos Surgirán de otro lugar; pero Tú y la casa
de tu padre pereceréis. ¡Y quién sabe si para un tiempo
como éste has llegado al reino!"
15
Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo:
16
"Vé, Reúne a todos los Judíos que se hallan en Susa,
y ayunad por Mí. No Comáis ni Bebáis en tres Días,
ni de noche ni de Día. Yo también ayunaré con mis damas
e iré Así al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco,
que perezca."
17
Entonces Mardoqueo se fue e hizo conforme a todo lo que Ester le Mandó.
Aconteció al tercer Día que Ester se Vistió con su vestido
real y se puso de pie en el patio interior de la casa del rey, frente a la
sala real. El rey estaba sentado en su trono real en la sala real, ante la
puerta de la sala.
2
Y Sucedió que cuando el rey vio a la reina Ester, de pie en el patio,
ella obtuvo gracia ante sus ojos. El rey Extendió hacia Ester el cetro
de oro que Tenía en su mano, y Ester se Acercó y Tocó
la punta del cetro.
3
Entonces el rey le Preguntó: --¿Qué tienes, oh reina Ester?
¿Cuál es tu Petición? ¡Hasta la mitad del reino te
Será dada!
4
Ester Respondió: --Si al rey le parece bien, venga hoy el rey con
Amán al banquete que le he preparado.
5
Y el rey dijo: --¡Daos prisa y llamad a Amán para hacer lo que
ha dicho Ester! Fueron, pues, el rey y Amán al banquete que Ester
Había preparado.
6
Y mientras Bebían el vino, el rey Preguntó a Ester:
--¿Cuál es tu Petición? Te Será dada. ¿Qué
es lo que solicitas? ¡Hasta la mitad del reino te Será concedida!
7
Entonces Ester Respondió y dijo: --Mi Petición y solicitud
es ésta:
8
Si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si al rey le parece bien conceder
mi Petición y hacer lo que solicito, que venga el rey con Amán
al banquete que les he de hacer; y mañana haré conforme a la
palabra del rey.
9
Aquel Día Amán Salió alegre y contento de Corazón.
Pero cuando Amán vio a Mardoqueo en la puerta real, y que no se levantaba
ni temblaba delante de él, se Llenó de ira contra Mardoqueo.
10
Sin embargo, Amán se contuvo y se fue a su casa. Entonces Envió
llamar a sus amigos y a Zeres, su mujer.
11
Y Amán Empezó a referirles la gloria de sus riquezas, la multitud
de sus hijos, todo con que le Había engrandecido el rey, y Cómo
le Había enaltecido sobre los magistrados y los servidores del rey.
12
Y Amán Añadió: --También la reina Ester a ninguno
hizo que viniera con el rey al banquete que dio, sino Sólo a Mí.
Además, para mañana yo seré su invitado junto con el
rey.
13
Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al Judío Mardoqueo
sentado junto a la puerta real.
14
Entonces Zeres, su mujer, y todos sus amigos le dijeron: --Que se haga una
horca de 50 codos de alto, y por la mañana dile al rey que cuelguen
en ella a Mardoqueo. Y entra alegre con el rey al banquete. La idea Agradó
a Amán, e hizo preparar la horca.
Aquella noche se le fue el sueño al rey, y Pidió que le trajesen
el libro de las memorias, las Crónicas, y fueron Leídas delante
del rey.
2
Y se Halló escrito en él que Mardoqueo Había declarado
contra Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, guardias de la puerta,
que Habían conspirado para quitar la vida al rey Asuero.
3
Luego el rey Preguntó: --¿Qué honra o qué
Distinción se le hizo a Mardoqueo por esto? Y los servidores que
Servían al rey le respondieron: --Nada se ha hecho por él.
4
Entonces Preguntó el rey: --¿Quién Está en el patio?
Amán Había entrado al patio exterior del palacio real para
pedir al rey que hiciese colgar a Mardoqueo en la horca que Tenía
preparada para él.
5
Y los servidores del rey le respondieron: --He Aquí, Amán
Está en el patio. Y el rey dijo: --Que entre.
6
Amán Entró, y el rey le Preguntó: --¿Qué
se Hará al hombre a quien el rey desea honrar? Amán Pensó
en su Corazón: "¿A quién Más Deseará honrar
el rey, sino a Mí?"
7
Entonces Amán Respondió al rey: --Para el hombre a quien el
rey desea honrar,
8
que traigan la vestidura real con que se haya vestido el rey y el caballo
en que haya cabalgado el rey, y Pónganle una corona real sobre su
cabeza.
9
Que entreguen la vestidura y el caballo por medio de alguno de los oficiales
Más nobles del rey, y que vistan a aquel hombre a quien el rey desea
honrar. Haz que lo paseen a caballo por la plaza de la ciudad y proclamen
delante de él: "¡Así se hace con el hombre a quien el
rey desea honrar!"
10
Entonces el rey dijo a Amán: --¡Date prisa, toma la vestidura
y el caballo, como has dicho, y haz eso con el Judío Mardoqueo que
se sienta junto a la puerta real. No omitas nada de todo lo que has dicho.
11
Entonces Amán Tomó la vestidura y el caballo, Vistió
a Mardoqueo y lo Paseó a caballo por la plaza de la ciudad, proclamando
delante de él: --¡Así se hace con el hombre a quien el
rey desea honrar!
12
Luego Mardoqueo Volvió a la puerta real, y Amán se Apresuró
a su casa, apesadumbrado y con la cabeza cubierta.
13
Amán Contó a Zeres, su mujer, y a todos sus amigos todo lo
que le Había acontecido. Entonces, sus sabios y su mujer le dijeron:
--Si Mardoqueo, delante de quien has comenzado a caer, es de la descendencia
de los Judíos, no lo Vencerás. ¡De hecho Caerás
delante de él!
14
Aún estaban ellos hablando con él cuando llegaron los eunucos
del rey, y se apresuraron a llevar a Amán al banquete que Ester
Había preparado.
Fueron, pues, el rey y Amán a comer con la reina Ester.
2
También este segundo Día, mientras Bebían el vino, el
rey Preguntó a Ester: --Oh reina Ester, ¿Cuál es tu
Petición? Te Será dada. ¿Qué es lo que solicitas?
¡Hasta la mitad del reino te Será concedida!
3
Entonces la reina Ester Respondió y dijo: --¡Oh rey, si he hallado
gracia ante tus ojos, y si al rey le parece bien, que me sea concedida mi
vida por mi Petición y mi pueblo por mi solicitud!
4
Porque yo y mi pueblo hemos sido vendidos para ser destruidos, muertos y
exterminados. Si hubiéramos sido vendidos para ser esclavos y esclavas,
yo Habría callado; pues tal desgracia no Justificaría la molestia
al rey...
5
El rey Asuero Preguntó a la reina Ester: --¿Quién es
ése, y Dónde Está el que ha concebido hacer tal cosa?
6
Y Ester Respondió: --¡El enemigo y adversario es este malvado
Amán! Entonces Amán se Llenó de terror en la presencia
del rey y de la reina.
7
El rey se Levantó enfurecido, y dejando de beber vino se fue al
Jardín del palacio. Y Amán se Quedó de pie, rogando
a la reina Ester por su vida; porque vio que el mal ya estaba decidido para
él, de parte del rey.
8
Cuando el rey Regresó del Jardín del palacio a la sala donde
estaban bebiendo vino, Amán Había Caído sobre el Diván
en que estaba Ester. Entonces el rey le dijo: --¿También ha de
violar a la reina, estando yo en la casa? En cuanto Salió la palabra
de la boca del rey, le cubrieron la cara a Amán.
9
Entonces Harbona, uno de los eunucos al servicio del rey, dijo: --He Aquí,
hay una horca de 50 codos de alto, que Amán ha hecho en su casa para
Mardoqueo, quien Había hablado bien acerca del rey. Entonces el rey
dijo: --¡Colgadlo en ella!
10
Así colgaron a Amán en la horca que él Había
preparado para Mardoqueo. Y se Apaciguó la ira del rey.
Ese mismo Día el rey Asuero dio a la reina Ester la casa de Amán,
el enemigo de los Judíos. También Mardoqueo vino a la presencia
del rey, porque Ester le Declaró lo que él era de ella.
2
El rey se Quitó su anillo que Había vuelto a tomar de Amán,
y se lo dio a Mardoqueo. Y Ester puso a Mardoqueo a cargo de la casa de
Amán.
3
Ester Volvió a hablar en presencia del rey. Se Echó a sus pies
llorando, y le Imploró que evitase la desgracia concebida por Amán
el agageo y el plan que Había ideado contra los Judíos.
4
El rey Extendió hacia Ester el cetro de oro, y ella se Levantó
y se puso de pie delante del rey.
5
Entonces dijo: --Si al rey le parece bien, si he hallado gracia delante de
él, si el asunto le parece correcto al rey y yo soy agradable a sus
ojos, que se escriba para revocar las cartas maquinadas por Amán hijo
de Hamedata, el agageo, que Escribió para destruir a los Judíos
que Están en todas las provincias del rey.
6
Porque, ¿Cómo Podría yo soportar y ver el mal que
Alcanzaría a mi pueblo? ¿Cómo Podría yo soportar
y ver la Destrucción de mi gente?
7
Entonces el rey Asuero Respondió a la reina Ester y al Judío
Mardoqueo: --He Aquí, he dado a Ester la casa de Amán, y a
él lo han colgado en la horca, porque Extendió su mano contra
los Judíos.
8
Vosotros, pues, escribid en nombre del rey acerca de los Judíos como
os parezca bien, y selladlo con el anillo real. Porque el documento que se
escribe en el nombre del rey y se sella con el anillo del rey es irrevocable.
9
En aquel momento fueron llamados los escribas del rey, el Día 23 del
mes tercero, que es el mes de Siván. Y conforme a todo lo que Mardoqueo
Mandó, se Escribió a los Judíos, a los Sátrapas,
a los gobernadores y a los magistrados de las provincias, que desde la India
hasta Etiopía eran 127 provincias. A cada provincia se Escribió
Según su escritura, y a cada pueblo en su idioma. También a
los Judíos se les Escribió Según su escritura y en su
idioma.
10
Mardoqueo Escribió las cartas en el nombre del rey Asuero, las Selló
con el anillo del rey y las Envió por medio de mensajeros a caballo,
que cabalgaban los veloces corceles de las caballerizas reales.
11
En ellas el rey facultaba a los Judíos que estaban en cada una de
las ciudades, a que se reuniesen y estuviesen a la defensiva, para destruir,
matar y exterminar a todo ejército de pueblo o provincia que los asediase,
incluyendo a los niños y a las mujeres, y para tomar Botín
de ellos
12
en todas las provincias del rey Asuero, en un solo Día: el Día
13 del mes duodécimo, que es el mes de Adar.
13
Una copia del documento Debía ser promulgada como ley en cada provincia,
y Debía ser proclamada a todos los pueblos, a fin de que los Judíos
estuviesen preparados para aquel Día y tomasen venganza de sus enemigos.
14
Los mensajeros que cabalgaban los veloces corceles reales partieron apresurados
e impulsados por la orden del rey. El decreto fue promulgado en Susa, la
capital.
15
Mardoqueo Salió de la presencia del rey con una vestidura real azul
y blanca, una gran corona de oro y un manto de lino fino y Púrpura.
Y la ciudad de Susa gritaba de gozo y Alegría.
16
Los Judíos tuvieron esplendor y Alegría, regocijo y honra.
17
En cada provincia y en cada ciudad, dondequiera que llegaba la palabra del
rey y su decreto, los Judíos Tenían Alegría y regocijo,
banquete y Día de fiesta. Muchos de los pueblos de la tierra declaraban
ser Judíos, porque el miedo a los Judíos Había Caído
sobre ellos.
El Día 13 del mes duodécimo, que es el mes de Adar, cuando
Habían de ser ejecutados la palabra del rey y su decreto, el mismo
Día en que los enemigos de los Judíos esperaban ganar poder
sobre ellos, Ocurrió todo lo contrario. Porque fueron los Judíos
los que ganaron poder sobre los que les Aborrecían.
2
Los Judíos se congregaron en sus ciudades en todas las provincias
del rey Asuero, para echar mano sobre los que Habían procurado su
mal. Nadie les pudo resistir, porque en todos los pueblos Había
Caído el miedo a ellos.
3
Todos los magistrados de las provincias, los Sátrapas, los gobernadores
y los encargados de las obras del rey Enaltecían a los Judíos,
porque el miedo a Mardoqueo Había Caído sobre ellos.
4
Pues Mardoqueo era grande en el palacio real; su fama se Difundía
por todas las provincias, y se iba engrandeciendo Más y Más.
5
Los Judíos dieron a sus enemigos un golpe de espada con matanza y
Destrucción, e hicieron con sus enemigos lo que quisieron.
6
En Susa, la capital, los Judíos mataron y destruyeron a 500 hombres.
7
Entonces mataron a Parsandata, Dalfón, Aspata,
8
Porata, Adalías, Aridata,
9
Parmasta, Arisai, Aridai y Vaizata,
10
los diez hijos de Amán hijo de Hamedata, el enemigo de los Judíos.
Pero no echaron mano a sus despojos.
11
El mismo Día Llegó al rey el Número de los muertos en
Susa, la capital.
12
Y el rey dijo a la reina Ester: --Si en Susa, la capital, los Judíos
han matado y destruido a 500 hombres y a los diez hijos de Amán,
¿qué Habrán hecho en las otras provincias del rey?
¿Cuál es, pues, tu Petición? Te Será dada.
¿Qué Más solicitas? Y Será hecho.
13
Y Ester Respondió: --Si al rey le parece bien, concédase
también mañana a los Judíos en Susa, para que hagan
conforme a lo decretado para hoy, y que cuelguen en la horca a los diez hijos
de Amán.
14
El rey Mandó que se hiciera Así. El decreto se Promulgó
en Susa, y colgaron a los diez hijos de Amán.
15
Entonces los Judíos que estaban en Susa se congregaron también
el Día 14 del mes de Adar, y mataron en Susa a 300 hombres. Pero no
echaron mano a sus despojos.
16
También el resto de los Judíos que estaban en las provincias
del reino se Congregó para defenderse y Así descansar de sus
enemigos, y mataron a 75.000 de los que les Aborrecían. Pero no echaron
mano a sus despojos.
17
Esto Ocurrió el Día 13 del mes de Adar. Y el Día 14
del mismo mes reposaron y lo hicieron Día de banquete y de regocijo.
18
Pero los Judíos que estaban en Susa se congregaron el 13 y también
el 14 del mismo mes, y el 15 del mes reposaron y lo hicieron Día de
banquete y de regocijo.
19
Por eso los Judíos que viven a campo abierto en las aldeas sin muros,
hacen del 14 del mes de Adar un Día de Alegría, de banquete
y de fiesta, y para enviar porciones, cada uno a su vecino.
20
Mardoqueo Escribió estas cosas y Envió cartas a todos los
Judíos que estaban en todas las provincias del rey Asuero, cercanas
y lejanas,
21
Ordenándoles que celebraran cada año los Días 14 y 15
del mes de Adar;
22
porque en estos Días los Judíos tuvieron reposo de sus enemigos.
El mes que de tristeza se Cambió en Alegría, y de duelo en
Día de fiesta, se les Ordenó que lo celebrasen con Días
de banquete y de regocijo, y para enviar porciones, cada uno a su vecino,
y regalos a los necesitados.
23
Los Judíos aceptaron hacer lo que Habían comenzado a celebrar
y lo que les Escribió Mardoqueo,
24
porque Amán hijo de Hamedata, el agageo, enemigo de todos los
Judíos, Había planeado el exterminio de los Judíos y
Había realizado un pur, es decir, un sorteo para confundirlos y acabar
con ellos.
25
Pero cuando Ester fue a la presencia del rey, éste Declaró
por escrito que el perverso plan que Concibió contra los Judíos
recayera sobre su cabeza. Y colgaron a él y a sus hijos en la horca.
26
Por esto llamaron a estos Días Purim, debido a la palabra pur. Entonces,
por todas las palabras de este documento, por lo que ellos Habían
visto al respecto y por lo que les Había sucedido,
27
los Judíos establecieron y se comprometieron a aceptar para ellos
mismos, para sus descendientes y para todos los que se hubiesen adherido
a ellos, la Obligación de no dejar de celebrar estos dos Días,
Según Está escrito al respecto, en su respectiva fecha, cada
año.
28
Y estos Días son recordados y celebrados de Generación en
Generación en todas las familias, provincias y ciudades. Estos Días
de Purim no Dejarán de celebrarse entre los Judíos, ni su memoria
Cesará entre sus descendientes.
29
La reina Ester hija de Abijail, junto con el Judío Mardoqueo,
Suscribió con plena autoridad confirmando esta segunda carta acerca
de Purim.
30
Mardoqueo Envió cartas a todos los Judíos, a las 127 provincias
del reino de Asuero, con palabras de paz y verdad,
31
para instituir estos Días de Purim en sus fechas señaladas,
tal como el Judío Mardoqueo y la reina Ester Habían establecido
para ellos, tal como lo Habían aceptado para ellos mismos y para sus
descendientes, con respecto a sus ayunos y a su clamor.
32
El mandato de Ester Confirmó estas cosas acerca de Purim, y fue escrito
en un libro.
El rey Asuero impuso tributo sobre la tierra y las costas del mar.
2
Todos los hechos de su autoridad y de su poder, y el acta de la grandeza
de Mardoqueo, a la que le Elevó el rey, ¿no Están escritos
en el libro de las Crónicas de los reyes de Media y de Persia?
3
Porque el Judío Mardoqueo fue el segundo después del rey Asuero.
El fue grande entre los Judíos y querido por la Mayoría de
sus hermanos. Procuraba el bienestar de su pueblo y Promovía la paz
entre todos los de su linaje.