Pablo, Apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el
hermano Timoteo; a la iglesia de Dios que Está en Corinto, juntamente
con todos los santos que Están en toda Acaya:
2
Gracia a vosotros y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor
Jesucristo.
3
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de
misericordias y Dios de toda Consolación,
4
quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones. De esta manera, con la
Consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios,
también nosotros podemos consolar a los que Están en cualquier
Tribulación.
5
Porque de la manera que abundan a favor nuestro las aflicciones de Cristo,
Así abunda también nuestra Consolación por el mismo
Cristo.
6
Pero si somos atribulados, lo es para vuestro consuelo y Salvación;
o si somos consolados, es para vuestra Consolación, la cual resulta
en que Perseveráis bajo las mismas aflicciones que también
nosotros padecemos.
7
Y nuestra esperanza con respecto a vosotros es firme, porque sabemos que
Así como sois compañeros en las aflicciones, lo sois también
en la Consolación.
8
Porque no queremos que ignoréis, hermanos, en cuanto a la
Tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera,
Más Allá de nuestras fuerzas, hasta perder aun la esperanza
de vivir.
9
Pero ya Teníamos en nosotros mismos la sentencia de muerte, para que
no Confiáramos en nosotros mismos sino en Dios que levanta a los muertos,
10
quien nos Libró y nos libra de tan terrible muerte. Y en él
hemos puesto nuestra esperanza de que Aún nos Librará,
11
porque vosotros también Estáis cooperando a nuestro favor con
ruegos, a fin de que el don que se nos Concedió sea para que muchas
personas den gracias a nuestro favor.
12
Porque nuestro motivo de gloria es éste: el testimonio de nuestra
conciencia de que nos hemos conducido en el mundo (y especialmente ante
vosotros), con sencillez y la sinceridad que proviene de Dios, y no en
Sabiduría humana, sino en la gracia de Dios.
13
Porque no os escribimos otras cosas que las que leéis y también
comprendéis; y espero que hasta el fin las comprenderéis,
14
como también en parte nos habéis comprendido, que somos vuestro
motivo de gloria, Así como también vosotros lo seréis
para nosotros en el Día de nuestro Señor Jesús.
15
Con esta confianza, quise ir antes a vosotros para que tuvieseis una segunda
gracia,
16
y pasar de vosotros a Macedonia; y volver otra vez de Macedonia a vosotros
para ser encaminado por vosotros a Judea.
17
Siendo ése mi deseo, ¿acaso usé de ligereza? ¿O
Será que lo que quiero hacer, lo quiero Según la carne; de
manera que en Mí haya un "Sí, Sí" y un "no, no"?
18
Pero Dios es fiel: Nuestra palabra para vosotros no es "Sí y no".
19
Porque Jesucristo, el Hijo de Dios, que ha sido predicado entre vosotros
por nosotros (por Mí, por Silas y por Timoteo), no fue "Sí
y no"; Más bien, fue "Sí" en él.
20
Porque todas las promesas de Dios son en él "Sí"; y por tanto,
también por medio de él, decimos "amén" a Dios, para
su gloria por medio nuestro.
21
Y Dios es el que nos confirma con vosotros en Cristo y el que nos Ungió;
22
es también quien nos ha sellado y ha puesto como Garantía al
Espíritu en nuestros corazones.
23
Pero yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que es por Consideración
a vosotros que no he pasado Todavía a Corinto.
24
Porque no nos estamos enseñoreando de vuestra fe. Más bien,
somos colaboradores para vuestro gozo, porque por la fe Estáis firmes.
Así que Decidí en Mí mismo no ir otra vez a vosotros
con tristeza.
2
Porque si yo os causo tristeza, ¿quién Será luego el que
me alegre, sino aquel a quien yo causé tristeza?
3
Y a pesar de que estoy confiado en todos vosotros de que mi gozo es el mismo
de todos vosotros, os Escribí esto mismo para que cuando llegue, no
tenga tristeza por causa de aquellos por quienes me debiera gozar.
4
Porque os Escribí en mucha Tribulación y angustia de Corazón,
y con muchas Lágrimas; no para entristeceros, sino para que Sepáis
Cuán grande es el amor que tengo por vosotros.
5
Si alguno ha causado tristeza, no me ha entristecido Sólo a Mí,
sino en cierta medida (para no exagerar) a todos vosotros.
6
Basta ya para dicha persona la Reprensión de la Mayoría.
7
Así que, Más bien, debierais perdonarle y animarle, para que
no sea consumido por demasiada tristeza.
8
Por lo tanto, os exhorto a que reafirméis vuestro amor para con él.
9
Porque también os Escribí con este motivo, para tener la prueba
de que vosotros sois obedientes en todo.
10
Al que vosotros habréis perdonado algo, yo también. Porque
lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vuestra causa lo he hecho
en presencia de Cristo;
11
para que no seamos engañados por Satanás, pues no ignoramos
sus Propósitos.
12
Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque
se me Había abierto puerta en el Señor,
13
no tuve reposo en mi Espíritu por no haber hallado a mi hermano Tito.
Así que me Despedí de ellos y Partí para Macedonia.
14
Pero gracias a Dios, que hace que siempre triunfemos en Cristo y que manifiesta
en todo lugar el olor de su conocimiento por medio de nosotros.
15
Porque para Dios somos olor fragante de Cristo en los que se salvan y en
los que se pierden.
16
A los unos, olor de muerte para muerte; mientras que a los otros, olor de
vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?
17
Porque no somos, como muchos, traficantes de la palabra de Dios; Más
bien, con sinceridad y como de parte de Dios, hablamos delante de Dios en
Cristo.
¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso
tenemos necesidad, como algunos, de cartas de Recomendación para vosotros,
o de vosotros?
2
Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y
Leída por todos los hombres.
3
Es evidente que vosotros sois carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita
no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de
piedra, sino en las tablas de corazones humanos.
4
Esta confianza tenemos delante de Dios, por medio de Cristo:
5
no que seamos suficientes en nosotros mismos, como para pensar que algo proviene
de nosotros, sino que nuestra suficiencia proviene de Dios.
6
El mismo nos Capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra,
sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.
7
Y si el ministerio de muerte, grabado con letras sobre piedras, vino con
gloria--tanto que los hijos de Israel no Podían fijar la vista en
el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual se
Había de desvanecer--,
8
¡Cómo no Será con mayor gloria el ministerio del
Espíritu!
9
Porque si el ministerio de Condenación era con gloria, ¡Cuánto
Más abunda en gloria el ministerio de Justificación!
10
Pues lo que Había sido glorioso no es glorioso en Comparación
con esta excelente gloria.
11
Porque si lo que se Desvanecía era por medio de gloria,
¡Cuánto Más excede en gloria lo que permanece!
12
Así que, teniendo tal esperanza, actuamos con mucha confianza;
13
no como Moisés, quien Ponía un velo sobre su cara para que
los hijos de Israel no se fijaran en el fin de lo que se estaba desvaneciendo.
14
Sin embargo, sus mentes fueron endurecidas; pues hasta el Día de hoy,
cuando leen el antiguo pacto, el mismo velo sigue puesto, porque Sólo
en Cristo es quitado.
15
Aún hasta el Día de hoy, cada vez que leen a Moisés,
el velo Está puesto sobre el Corazón de ellos.
16
Pero cuando se conviertan al Señor, el velo Será quitado.
17
Porque el Señor es el Espíritu; y donde Está el
Espíritu del Señor, Allí hay libertad.
18
Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la
gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espíritu del Señor.
Por esto, teniendo nosotros este ministerio Según la misericordia
que nos fue dada, no desmayamos.
2
Pero rechazamos los tapujos de vergüenza, no procediendo con astucia,
ni adulterando la palabra de Dios, sino que, por la clara Demostración
de la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana
delante de Dios.
3
Pero aun si nuestro evangelio Está encubierto, entre los que se pierden
Está encubierto.
4
Pues el dios de esta edad presente ha cegado el entendimiento de los
incrédulos, para que no les ilumine el resplandor del evangelio de
la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios.
5
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como
Señor; y a nosotros, como siervos vuestros por causa de Jesús.
6
Porque el Dios que dijo: "La luz Resplandecerá de las tinieblas" es
el que ha resplandecido en nuestros corazones, para Iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.
7
Con todo, tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del
poder sea de Dios, y no de nosotros.
8
Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; perplejos, pero no
desesperados;
9
perseguidos, pero no desamparados; abatidos, pero no destruidos.
10
Siempre llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús por todas partes,
para que también en nuestro cuerpo se manifieste la vida de Jesús.
11
Porque nosotros que vivimos, siempre estamos expuestos a muerte por causa
de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste
en nuestra carne mortal.
12
De manera que en nosotros Actúa la muerte, pero en vosotros Actúa
la vida.
13
Sin embargo, tenemos el mismo Espíritu de fe, conforme a lo que Está
escrito: Creí; por lo tanto hablé. Nosotros también
creemos; por lo tanto también hablamos,
14
sabiendo que el que Resucitó al Señor Jesús también
nos Resucitará a nosotros con Jesús y nos Presentará
a su lado juntamente con vosotros.
15
Porque todas estas cosas suceden por causa vuestra para que, mientras aumente
la gracia por medio de muchos, abunde la Acción de gracias para la
gloria de Dios.
16
Por tanto, no desmayamos; Más bien, aunque se va desgastando nuestro
hombre exterior, el interior, sin embargo, se va renovando de Día
en Día.
17
Porque nuestra Momentánea y leve Tribulación produce para nosotros
un eterno peso de gloria Más que incomparable;
18
no fijando nosotros la vista en las cosas que se ven, sino en las que no
se ven; porque las que se ven son temporales, mientras que las que no se
ven son eternas.
Porque sabemos que si nuestra casa terrenal, esta tienda temporal, se deshace,
tenemos un edificio de parte de Dios, una casa no hecha de manos, eterna
en los cielos.
2
Pues en esta tienda gemimos deseando ser sobrevestidos de nuestra
Habitación celestial;
3
y aunque habremos de ser desvestidos, no seremos hallados desnudos.
4
Porque los que estamos en esta tienda gemimos agobiados, porque no
quisiéramos ser desvestidos, sino sobrevestidos, para que lo mortal
sea absorbido por la vida.
5
Pues el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado la Garantía
del Espíritu.
6
Así vivimos, confiando siempre y comprendiendo que durante nuestra
estancia en el cuerpo peregrinamos ausentes del Señor.
7
Porque andamos por fe, no por vista.
8
Pues confiamos y consideramos mejor estar ausentes del cuerpo, y estar presentes
delante del Señor.
9
Por lo tanto, estemos presentes o ausentes, nuestro anhelo es serle agradables.
10
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba Según lo que haya hecho por medio
del cuerpo, sea bueno o malo.
11
Conociendo, entonces, el temor del Señor, persuadimos a los hombres;
pues a Dios le es manifiesto lo que somos, y espero que también lo
sea a vuestras conciencias.
12
No nos recomendamos otra vez ante vosotros, sino que os damos Ocasión
de gloriaros por nosotros, con el fin de que Tengáis respuesta frente
a los que se Glorían en las apariencias y no en el Corazón.
13
Porque si estamos fuera de nosotros, es para Dios; o si estamos en nuestro
juicio, es para vosotros.
14
Porque el amor de Cristo nos impulsa, considerando esto: que uno Murió
por todos; por consiguiente, todos murieron.
15
Y él Murió por todos para que los que viven ya no vivan Más
para Sí, sino para aquel que Murió y Resucitó por ellos.
16
De manera que nosotros, de Aquí en adelante, a nadie conocemos Según
la carne; y aun si hemos conocido a Cristo Según la carne, ahora ya
no le conocemos Así.
17
De modo que si alguno Está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he Aquí todas son hechas nuevas.
18
Y todo esto proviene de Dios, quien nos Reconcilió consigo mismo por
medio de Cristo y nos ha dado el ministerio de la Reconciliación:
19
que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no
Tomándoles en cuenta sus transgresiones y Encomendándonos a
nosotros la palabra de la Reconciliación.
20
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo; y como Dios os exhorta
por medio nuestro, rogamos en nombre de Cristo: ¡Reconciliaos con Dios!
21
Al que no Conoció pecado, por nosotros Dios le hizo pecado, para que
nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él.
Y Así nosotros, como colaboradores, os exhortamos también que
no Recibáis en vano la gracia de Dios;
2
porque dice: En tiempo favorable te escuché, y en el Día de
la Salvación te Socorrí. ¡He Aquí ahora el tiempo
Más favorable! ¡He Aquí ahora el Día de
Salvación!
3
No damos a nadie Ocasión de tropiezo en nada, para que nuestro ministerio
no sea desacreditado.
4
Más bien, en todo nos presentamos como ministros de Dios: en mucha
perseverancia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias,
5
en azotes, en Cárceles, en tumultos, en duras labores, en desvelos,
en ayunos,
6
en pureza, en conocimiento, en tolerancia, en bondad, en el Espíritu
Santo, en amor no fingido,
7
en palabra de verdad, en poder de Dios, por medio de armas de justicia a
derecha y a izquierda;
8
por honra y deshonra, por mala fama y buena fama; como engañadores,
pero siendo hombres de verdad;
9
como no conocidos, pero bien conocidos; como muriendo, pero he Aquí
vivimos; como castigados, pero no muertos;
10
como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo
a muchos; como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo.
11
Nuestra boca ha sido franca con vosotros, oh corintios; nuestro Corazón
Está abierto.
12
No Estáis limitados en nosotros; lo Estáis en vuestros propios
corazones.
13
Pues para corresponder del mismo modo, como a hijos os hablo: ¡Abrid
vosotros también vuestro Corazón!
14
No os Unáis en yugo desigual con los no creyentes. Porque ¿qué
compañerismo tiene la rectitud con el desorden? ¿Qué
Comunión tiene la luz con las tinieblas?
15
¿Qué Armonía hay entre Cristo y Belial? ¿Qué
parte tiene el creyente con el no creyente?
16
¿Qué acuerdo puede haber entre un templo de Dios y los ídolos?
Porque nosotros somos templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré
y andaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos Serán
mi pueblo.
17
Por lo cual, ¡Salid de en medio de ellos, y apartaos! dice el Señor.
No toquéis lo impuro, y yo os recibiré;
18
y seré para vosotros Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas,
dice el Señor Todopoderoso.
Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos
de toda impureza de cuerpo y de Espíritu, perfeccionando la santidad
en el temor de Dios.
2
Recibidnos. A nadie hemos agraviado; a nadie hemos corrompido; a nadie hemos
explotado.
3
No digo esto para condenaros; porque ya dije que Estáis en nuestros
corazones, para juntos morir y juntos vivir.
4
Tengo mucha confianza en vosotros; mucho me Glorío en vosotros; lleno
estoy de Consolación; sobreabundo de gozo en toda nuestra Aflicción.
5
Cuando vinimos a Macedonia, Ningún reposo tuvo nuestro cuerpo; Más
bien, en todo fuimos atribulados: de fuera conflictos, de dentro temores.
6
Pero Dios, que consuela a los humildes, nos Consoló con la venida
de Tito.
7
Y no Sólo con su venida, sino también con la Consolación
que él Recibió en cuanto a vosotros, haciéndonos saber
vuestro anhelo, vuestras Lágrimas y vuestro celo por Mí, para
que Así me gozara Más.
8
Porque si bien os causé tristeza con la carta, no me pesa, aunque
entonces Sí me Pesó; porque veo que aquella carta os Causó
tristeza Sólo por un tiempo.
9
Ahora me gozo, no porque Hayáis sentido tristeza, sino porque fuisteis
entristecidos hasta el arrepentimiento; pues habéis sido entristecidos
Según Dios, para que Ningún daño sufrierais de nuestra
parte.
10
Porque la tristeza que es Según Dios genera arrepentimiento para
Salvación, de que no hay que lamentarse; pero la tristeza del mundo
degenera en muerte.
11
Pues he Aquí, el mismo hecho de que Hayáis sido entristecidos
Según Dios, ¡Cuánta diligencia ha producido en vosotros!
¡Qué disculpas, qué Indignación, qué temor,
qué ansiedad, qué celo y qué Vindicación! En
todo os habéis mostrado limpios en el asunto.
12
Así que, si bien os Escribí, no fue por causa del que Cometió
la ofensa ni por causa del que la Padeció, sino para que vuestra solicitud
por nosotros se manifestara entre vosotros en la presencia de Dios.
13
Por tanto, hemos sido consolados. Pero mucho Más que por nuestra
Consolación, nos gozamos por el gozo de Tito, porque su Espíritu
ha sido reanimado por todos vosotros.
14
Pues si en algo me he mostrado orgulloso de vosotros ante él, no
quedé avergonzado. Al contrario, como os Habíamos dicho todo
con verdad, Así también nuestro motivo de orgullo ante Tito
fue hallado verdadero.
15
Ahora sus sentimientos se han intensificado con respecto a vosotros, recordando
la obediencia de todos vosotros, de Cómo lo recibisteis con temor
y temblor.
Ahora, hermanos, os hacemos conocer la gracia de Dios que ha sido concedida
a las iglesias de Macedonia;
2
que en grande prueba de Tribulación, la abundancia de su gozo y su
extrema pobreza abundaron en las riquezas de su generosidad.
3
Porque doy testimonio de que Espontáneamente han dado de acuerdo con
sus fuerzas, y aun Más Allá de sus fuerzas,
4
pidiéndonos con muchos ruegos que les concediéramos la gracia
de participar en la ayuda para los santos.
5
Y superando lo que Esperábamos, se dieron primeramente ellos mismos
al Señor y a nosotros, por la voluntad de Dios.
6
De manera que exhortamos a Tito para que Así como ya Había
comenzado, también llevase a cabo esta gracia entre vosotros.
7
Por tanto, Así como ya Abundáis en todo--en fe, en palabra,
en conocimiento, en toda diligencia y en vuestro amor para con nosotros--,
abundad también en esta gracia.
8
No hablo como quien manda, sino para poner también a prueba, por la
eficacia de otros, la sinceridad de vuestro amor.
9
Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que
siendo rico, por amor de vosotros se hizo pobre, para que vosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos.
10
Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros que desde el
año pasado tomasteis la iniciativa, no Sólo para hacerlo, sino
también para quererlo hacer.
11
Ahora pues, llevad el hecho a su Culminación para que, como fuisteis
prontos a querer, Así lo Seáis para cumplir conforme a lo que
tenéis.
12
Porque si primero se tiene dispuesta la voluntad, se acepta Según
lo que uno tenga, no Según lo que no tenga.
13
Pero no digo esto para que haya para otros alivio, y para vosotros estrechez;
14
sino para que haya igualdad. En este tiempo vuestra abundancia supla lo que
a ellos les falta, para que también la abundancia de ellos supla lo
que a vosotros os falte, a fin de que haya igualdad;
15
como Está escrito: El que Recogió mucho no tuvo Más,
y el que Recogió poco no tuvo menos.
16
Gracias a Dios que puso en el Corazón de Tito la misma solicitud por
vosotros.
17
Pues él, a la verdad, Aceptó la Exhortación; pero siendo
también muy Solícito, de su propia iniciativa Partió
hacia vosotros.
18
Y enviamos juntamente con él al hermano cuyo renombre en el evangelio
se oye en todas las iglesias.
19
Y no Sólo esto, sino que también ha sido designado por las
iglesias como compañero de viaje, para llevar esta Expresión
de generosidad que es administrada por nosotros para gloria del Señor
mismo, y para demostrar nuestra solicitud,
20
evitando que nadie nos desacredite con respecto a este abundante donativo
que administramos.
21
Porque procuramos que las cosas sean honestas, no Sólo delante del
Señor, sino también delante de los hombres.
22
Y enviamos con ellos a nuestro hermano, cuya diligencia hemos comprobado
muchas veces; pero ahora mucho Más, por la mucha confianza que tiene
en vosotros.
23
En cuanto a Tito, él es compañero Mío y colaborador
para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, ellos son mensajeros
de las iglesias y gloria de Cristo.
24
Mostrad, pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de nuestro amor
y de nuestro motivo de orgullo respecto de vosotros.
En cuanto a esta ayuda para los santos, Está de Más que os
escriba;
2
pues conozco vuestra pronta Disposición, por la cual me glorié
de vosotros entre los de Macedonia: "Acaya Está preparada desde el
año pasado." Y vuestro celo ha servido de Estímulo para muchos.
3
Pero he enviado a estos hermanos para que el orgullo que tenemos de vosotros
no sea vano en este respecto, y para que estéis preparados, como vengo
diciendo.
4
No sea que, si van conmigo algunos macedonios y os hallan no preparados,
nos avergoncemos nosotros (por no decir vosotros) por haber tenido esta
confianza.
5
Por eso he Creído conveniente exhortar a los hermanos a que vayan
a vosotros con Anticipación y preparen primero vuestra generosidad
antes prometida, para que esté lista como muestra de generosidad y
no como de exigencia.
6
Y digo esto: El que siembra escasamente Cosechará escasamente, y el
que siembra con generosidad también con generosidad Cosechará.
7
Cada uno dé como propuso en su Corazón, no con tristeza ni
por Obligación; porque Dios ama al dador alegre.
8
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de
que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis
para toda buena obra;
9
como Está escrito: Esparció; dio a los pobres. Su justicia
permanece para siempre.
10
El que da semilla al que siembra y pan para comer, Proveerá y
Multiplicará vuestra semilla y Aumentará los frutos de vuestra
justicia.
11
Esto, para que Seáis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la
cual produce acciones de gracias a Dios por medio de nosotros.
12
Porque el ministrar este servicio sagrado no solamente suple lo que falta
a los santos, sino que redunda en abundantes acciones de gracias a Dios.
13
Al experimentar esta ayuda, ellos Glorificarán a Dios por la obediencia
que Profesáis al evangelio de Cristo, y por vuestra liberalidad en
la Contribución para con ellos y con todos.
14
Además, por su Oración a vuestro favor, demuestran que os quieren
a causa de la sobreabundante gracia de Dios en vosotros.
Ahora yo, Pablo, os exhorto por la mansedumbre y ternura de Cristo, ¡yo
que en persona soy humilde entre vosotros, pero ausente soy osado para con
vosotros!
2
Os ruego que cuando esté presente, no tenga que usar de la Osadía
con que resueltamente estoy dispuesto a proceder contra algunos que piensan
que andamos Según la carne.
3
Pues aunque andamos en la carne, no militamos Según la carne;
4
porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios
para la Destrucción de fortalezas.
5
Destruimos los argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento
de Dios; llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo,
6
y estamos dispuestos a castigar toda desobediencia, una vez que vuestra
obediencia sea completa.
7
¡Miráis las cosas Según las apariencias! Si alguien Está
convencido dentro de Sí que es de Cristo, considere de nuevo que Así
como él es de Cristo, también nosotros lo somos.
8
Porque si me Glorío un poco Más de nuestra autoridad, la cual
el Señor nos ha dado para Edificación y no para vuestra
Destrucción, no seré avergonzado;
9
para que no parezca que quiero atemorizaros por cartas.
10
Porque dicen: "Aunque sus cartas son duras y fuertes, su presencia Física
es débil, y su palabra despreciable."
11
Esto tenga en cuenta tal persona: Lo que somos en palabra por carta cuando
estamos ausentes, lo mismo seremos también en hechos cuando estemos
presentes.
12
Porque no osamos clasificarnos o compararnos con algunos que se recomiendan
a Sí mismos. Pero ellos, midiéndose y Comparándose a
Sí mismos consigo mismos, no son juiciosos.
13
Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la medida
de la regla que Dios nos Asignó, para llegar también hasta
vosotros.
14
Porque no nos salimos de nuestros Límites, como si no hubiéramos
llegado a vosotros; pues hasta vosotros hemos llegado con el evangelio de
Cristo,
15
no Gloriándonos desmedidamente en trabajos ajenos. Más bien,
tenemos la esperanza de que, con el progreso de vuestra fe, se Incrementará
considerablemente nuestro campo entre vosotros, conforme a nuestra norma;
16
para que anunciemos el evangelio en los lugares Más Allá de
vosotros, sin entrar en territorio ajeno como para gloriarnos de la obra
ya realizada por otros.
17
Pero el que se Gloría, Gloríese en el Señor.
18
Porque no es aprobado el que se recomienda a Sí mismo, sino aquel
a quien Dios recomienda.
¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! ¡De veras, toleradme!
2
Porque os celo con celo de Dios, pues os he desposado con un solo marido,
para presentaros como una virgen pura a Cristo.
3
Pero me temo que, Así como la serpiente con su astucia Engañó
a Eva, de alguna manera vuestros pensamientos se hayan extraviado de la sencillez
y la pureza que debéis a Cristo.
4
Porque si alguien viene predicando a otro Jesús al cual no hemos
predicado, o si Recibís otro Espíritu que no Habíais
recibido, u otro evangelio que no Habíais aceptado, ¡qué
bien lo Toleráis!
5
Porque estimo que en nada soy inferior a aquellos Apóstoles eminentes;
6
pues aunque yo sea pobre en elocuencia, no lo soy en conocimiento, como en
todo os lo he demostrado por todos los medios.
7
¿Cometí pecado Humillándome a Mí mismo para que
vosotros Seáis enaltecidos, porque os he predicado gratuitamente el
evangelio?
8
He despojado a otras iglesias, recibiendo sostenimiento para ministraros
a vosotros.
9
Cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga porque
lo que me faltaba lo suplieron los hermanos cuando vinieron de Macedonia.
En todo me guardé de seros gravoso, y Así me guardaré.
10
¡Por la verdad de Cristo que Está en Mí, este motivo de
orgullo no me Será negado en las regiones de Acaya!
11
¿Por qué? ¿Porque no os amo? Dios lo sabe.
12
Pero seguiré haciendo lo que hago, para quitarles la Ocasión
a aquellos que la desean, con el fin de que en lo que se jactan se encuentren
en las mismas condiciones que nosotros.
13
Porque los tales son falsos Apóstoles, obreros fraudulentos disfrazados
como Apóstoles de Cristo.
14
Y no es de maravillarse, porque Satanás mismo se disfraza como ángel
de luz.
15
Así que, no es gran cosa que también sus ministros se disfracen
como ministros de Justificación, cuyo fin Será conforme a sus
obras.
16
Otra vez digo: que nadie me tome por loco. Pero si no, recibidme aunque sea
como a loco, para que me Gloríe siquiera un poquito.
17
Lo que ahora digo, no lo digo Según el Señor, sino como en
locura, con esta base de jactancia.
18
Ya que muchos se jactan Según la carne, también yo me
jactaré.
19
Pues con gusto Toleráis a los locos, siendo vosotros sensatos.
20
Porque lo Toleráis si alguien os esclaviza, si alguien os devora,
si alguien se aprovecha de vosotros, si alguien se ensalza, si alguien os
hiere en la cara...
21
Con vergüenza lo digo, como que hemos sido débiles. Pero en lo
que otro se atreva (hablo con locura), yo también me atrevo.
22
¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también.
¿Son descendientes de Abraham? Yo también.
23
¿Son ministros de Cristo? (Hablo como delirando.) ¡Yo Más!
En trabajos arduos, Más; en Cárceles, Más; en azotes,
sin medida; en peligros de muerte, muchas veces.
24
Cinco veces he recibido de los Judíos cuarenta azotes menos uno;
25
tres veces he sido flagelado con varas; una vez he sido apedreado; tres veces
he padecido naufragio; una noche y un Día he estado en lo profundo
del mar.
26
Muchas veces he estado en viajes a pie, en peligros de Ríos, en peligros
de asaltantes, en peligros de los de mi Nación, en peligros de los
gentiles, en peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros
en el mar, en peligros entre falsos hermanos;
27
en trabajo arduo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos
ayunos, en Frío y en desnudez.
28
Y encima de todo, lo que se agolpa sobre Mí cada Día: la
Preocupación por todas las iglesias.
29
¿Quién se enferma sin que yo no me enferme? ¿A quién
se hace tropezar sin que yo no me indigne?
30
Si es preciso gloriarse, yo me gloriaré de mi debilidad.
31
El Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, quien es bendito por
los siglos, sabe que no miento.
32
En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos
para prenderme;
33
pero fui descolgado del muro por una ventana en una canasta, y escapé
de sus manos.
Me es preciso gloriarme, aunque no es provechoso. Sin embargo, recurriré
a las visiones y revelaciones del Señor.
2
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años--si en el cuerpo,
no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe-- fue
arrebatado hasta el tercer cielo.
3
Y sé respecto a este hombre--si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no
lo sé; Dios lo sabe--
4
que fue arrebatado al Paraíso, donde Escuchó cosas inefables
que al hombre no le es permitido expresar.
5
¡De aquel hombre me gloriaré! Pero de Mí mismo no me
gloriaré sino en mis debilidades.
6
Porque, si acaso quisiera gloriarme, no Sería yo insensato, pues
Diría la verdad. Pero desisto, para que nadie piense de Mí
Más de lo que ve en Mí u oye de Mí.
7
Y para que no me exalte desmedidamente por la grandeza de las revelaciones,
me ha sido dado un Aguijón en la carne, un mensajero de Satanás,
que me abofetee para que no me enaltezca demasiado.
8
En cuanto a esto, tres veces he rogado al Señor que lo quite de Mí;
9
y me ha dicho: "Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona
en tu debilidad." Por tanto, de buena gana me gloriaré Más
bien en mis debilidades, para que habite en Mí el poder de Cristo.
10
Por eso me complazco en las debilidades, afrentas, necesidades, persecuciones
y angustias por la causa de Cristo; porque cuando soy débil, entonces
soy fuerte.
11
¡Me he hecho necio! ¡Vosotros me obligasteis! Pues Más bien,
yo Debería ser recomendado por vosotros; porque en nada he sido menos
que los Apóstoles eminentes, aunque nada soy.
12
Las señales de Apóstol han sido realizadas entre vosotros con
toda paciencia, con señales, prodigios y hechos poderosos.
13
Pues, ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias,
excepto en que yo mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio!
14
He Aquí estoy listo para ir a vosotros por tercera vez, y no os seré
carga. Porque no busco vuestras cosas, sino a vosotros; pues los hijos no
tienen Obligación de atesorar para los padres, sino los padres para
los hijos.
15
Sin embargo, de muy buena gana gastaré yo de lo Mío, y me
desgastaré a Mí mismo por vuestras almas. Si os amo Más,
¿seré amado menos?
16
Bien, que sea Así: Yo no os fui gravoso, ¡pero siendo astuto,
os Prendí por engaño!
17
¿Acaso os he engañado por medio de alguno de los que he enviado
a vosotros?
18
Rogué a Tito y envié con él al hermano. ¿Acaso
os Engañó Tito? ¿No hemos procedido con el mismo
Espíritu y por las mismas pisadas?
19
¿Os parece que Todavía nos estamos defendiendo ante vosotros?
Delante de Dios y en Cristo hablamos; y todo, amados, para vuestra
Edificación.
20
Pero me temo que Quizás, cuando llegue, no os halle tales como quiero,
y que yo sea hallado por vosotros tal como no queréis. Temo que haya
entre vosotros contiendas, celos, iras, enojos, disensiones, calumnias,
murmuraciones, insolencias y Desórdenes.
21
Temo que, cuando vuelva, Dios me humille entre vosotros y yo tenga que llorar
por muchos que antes han pecado y no se han arrepentido de los actos de impureza,
inmoralidad sexual y libertinaje que han cometido.
Esta es la tercera vez que voy a vosotros. Por la boca de dos o tres testigos
se Decidirá todo asunto.
2
Lo he dicho antes, cuando estaba presente en mi segundo viaje; y ahora que
estoy ausente, también lo repito a los que antes han pecado y a todos
los Demás: que si voy otra vez, no seré indulgente,
3
puesto que Buscáis una prueba de que Cristo habla en Mí. Y
él no es débil para con vosotros, sino que es poderoso en vosotros.
4
Porque fue crucificado en debilidad, pero vive por el poder de Dios. Pues
nosotros también somos débiles en él, pero viviremos
con él por el poder de Dios para con vosotros.
5
Examinaos a vosotros mismos para ver si Estáis firmes en la fe; probaos
a vosotros mismos. ¿O no conocéis en cuanto a vosotros mismos,
que Jesucristo Está en vosotros, a menos que ya estéis reprobados?
6
Pero espero que Reconozcáis que nosotros no estamos reprobados.
7
Y oramos a Dios que no Hagáis nada malo; no para que nosotros luzcamos
como aprobados, sino para que vosotros Hagáis lo que es bueno, aunque
nosotros quedemos como reprobados.
8
Porque no podemos nada contra la verdad, sino a favor de la verdad.
9
Por eso nos gozamos en que nosotros seamos débiles y que vosotros
Seáis fuertes. Y esto pedimos: vuestra madurez.
10
Por tanto, os escribo esto estando ausente, para que estando presente no
use de dureza conforme a la autoridad que el Señor me ha dado para
Edificación y no para Destrucción.
11
En cuanto a lo Demás, hermanos, regocijaos. Sed maduros; sed confortados;
sed de un mismo sentir. Vivid en paz, y el Dios de paz y de amor Estará
con vosotros.
12
Saludaos unos a otros con un beso santo.
13
Todos los santos os saludan.
14
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la Comunión
del Espíritu Santo sean con todos vosotros.