Libro de la Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
2
Abraham Engendró a Isaac; Isaac Engendró a Jacob; Jacob
Engendró a Judá y a sus hermanos;
3
Judá Engendró de Tamar a Fares y a Zéraj; Fares
Engendró a Hesrón; Hesrón Engendró a Aram;
4
Aram Engendró a Aminadab; Aminadab Engendró a Najsón;
Najsón Engendró a Salmón;
5
Salmón Engendró de Rajab a Boaz; Boaz Engendró de Rut
a Obed; Obed Engendró a Isaí;
6
Isaí Engendró al rey David. David Engendró a Salomón,
de la que fue mujer de Urías;
7
Salomón Engendró a Roboam; Roboam Engendró a Abías;
Abías Engendró a Asa;
8
Asa Engendró a Josafat; Josafat Engendró a Joram; Joram
Engendró a Uzías;
9
Uzías Engendró a Jotam; Jotam Engendró a Acaz; Acaz
Engendró a Ezequías;
10
Ezequías Engendró a Manasés; Manasés Engendró
a Amón; Amón Engendró a Josías;
11
Josías Engendró a Jeconías y a sus hermanos en el tiempo
de la Deportación a Babilonia.
12
Después de la Deportación a Babilonia, Jeconías
Engendró a Salatiel; Salatiel Engendró a Zorobabel;
13
Zorobabel Engendró a Abiud; Abiud Engendró a Eliaquim; Eliaquim
Engendró a Azor;
14
Azor Engendró a Sadoc; Sadoc Engendró a Aquim; Aquim Engendró
a Eliud;
15
Eliud Engendró a Eleazar; Eleazar Engendró a Matán;
Matán Engendró a Jacob.
16
Jacob Engendró a José, marido de María, de la cual
Nació Jesús, llamado el Cristo.
17
De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce
generaciones, y desde David hasta la Deportación a Babilonia son catorce
generaciones, y desde la Deportación a Babilonia hasta el Cristo son
catorce generaciones.
18
El nacimiento de Jesucristo fue Así: Su madre María estaba
desposada con José; y antes de que se unieran, se Halló que
ella Había concebido del Espíritu Santo.
19
José, su marido, como era justo y no Quería difamarla, se propuso
dejarla secretamente.
20
Mientras él pensaba en esto, he Aquí un ángel del
Señor se le Apareció en sueños y le dijo: "José,
hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que ha
sido engendrado en ella es del Espíritu Santo.
21
Ella Dará a luz un hijo; y Llamarás su nombre Jesús,
porque él Salvará a su pueblo de sus pecados."
22
Todo esto Aconteció para que se cumpliese lo que Habló el
Señor por medio del profeta, diciendo:
23
He Aquí, la virgen Concebirá y Dará a luz un hijo, y
Llamarán su nombre Emanuel, que traducido quiere decir: Dios con nosotros.
24
Cuando José Despertó del sueño, hizo como el ángel
del Señor le Había mandado, y Recibió a su mujer.
25
Pero no la Conoció hasta que ella dio a luz un hijo, y Llamó
su nombre Jesús.
Jesús Nació en Belén de Judea, en Días del rey
Herodes. Y he Aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén,
2
preguntando: --¿Dónde Está el rey de los Judíos,
que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido
para adorarle.
3
Cuando el rey Herodes Oyó esto, se Turbó, y toda Jerusalén
con él.
4
Y habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas
del pueblo, les Preguntó Dónde Había de nacer el Cristo.
5
Ellos le dijeron: --En Belén de Judea, porque Así Está
escrito por el profeta:
6
Y Tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera
eres la Más pequeña entre los gobernadores de Judá;
porque de ti Saldrá un gobernante que Pastoreará a mi pueblo
Israel.
7
Entonces Herodes Llamó en secreto a los magos e Indagó de ellos
el tiempo de la Aparición de la estrella.
8
Y Enviándolos a Belén, les dijo: --Id y averiguad con cuidado
acerca del niño. Tan pronto le halléis, hacédmelo saber,
para que yo también vaya y le adore.
9
Ellos, después de Oír al rey, se fueron. Y he Aquí la
estrella que Habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta
que Llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño.
10
Al ver la estrella, se regocijaron con gran Alegría.
11
Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María su madre,
y Postrándose le adoraron. Entonces abrieron sus tesoros y le ofrecieron
presentes de oro, incienso y mirra.
12
Pero advertidos por Revelación en sueños que no volviesen a
Herodes, regresaron a su País por otro camino.
13
Después que ellos partieron, he Aquí un ángel del
Señor Apareció en sueños a José, diciendo:
"Levántate; toma al niño y a su madre, y huye a Egipto.
Quédate Allá hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar
al niño para matarlo."
14
Entonces José se Levantó, Tomó de noche al niño
y a su madre, y se fue a Egipto.
15
Y estuvo Allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliese lo
que Habló el Señor por medio del profeta, diciendo: De Egipto
llamé a mi hijo.
16
Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se Enojó sobremanera
y Mandó matar a todos los niños varones en Belén y en
todos sus alrededores, de dos años de edad para abajo, conforme al
tiempo que Había averiguado de los magos.
17
Entonces se Cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías,
diciendo:
18
Voz fue Oída en Ramá; grande llanto y Lamentación. Raquel
lloraba por sus hijos, y no Quería ser consolada, porque perecieron.
19
Cuando Había muerto Herodes, he Aquí un ángel del
Señor Apareció en sueños a José en Egipto,
20
diciendo: "Levántate, toma al niño y a su madre, y vé
a la tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban quitar la vida
al niño."
21
Entonces él se Levantó, Tomó al niño y a su madre,
y Entró en la tierra de Israel.
22
Pero, al Oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes,
tuvo miedo de ir Allá; y advertido por Revelación en sueños,
fue a las regiones de Galilea.
23
Habiendo llegado, Habitó en la ciudad que se llama Nazaret. Así
se Cumplió lo dicho por medio de los profetas, que Había de
ser llamado nazareno.
En aquellos Días Apareció Juan el Bautista predicando en el
desierto de Judea
2
y diciendo: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado."
3
Pues éste es aquel de quien fue dicho por medio del profeta Isaías:
Voz del que proclama en el desierto: "Preparad el camino del Señor;
enderezad sus sendas."
4
Juan mismo estaba vestido de pelo de camello y con un cinto de cuero a la
cintura. Su comida era langostas y miel silvestre.
5
Entonces Salían a él Jerusalén y toda Judea y toda la
Región del Jordán,
6
y confesando sus pecados eran bautizados por él en el Río
Jordán.
7
Pero cuando Juan vio que muchos de los fariseos y de los saduceos Venían
a su bautismo, les Decía: "¡Generación de Víboras!
¿Quién os Enseñó a huir de la ira venidera?
8
Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento;
9
y no penséis decir dentro de vosotros: 'A Abraham tenemos por padre.'
Porque yo os digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abraham.
10
El hacha ya Está puesta a la Raíz de los árboles. Por
tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.
11
Yo, a la verdad, os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene
después de Mí, cuyo calzado no soy digno de llevar, es Más
poderoso que yo. El os Bautizará en el Espíritu Santo y fuego.
12
Su aventador Está en su mano, y Limpiará su era. Recogerá
su trigo en el granero y Quemará la paja en el fuego que nunca se
Apagará."
13
Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, a Juan, para ser
bautizado por él.
14
Pero Juan procuraba Impedírselo diciendo: --Yo necesito ser bautizado
por ti, ¿y Tú vienes a Mí?
15
Pero Jesús le Respondió: --Permítelo por ahora, porque
Así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces se lo Permitió.
16
Y cuando Jesús fue bautizado, en seguida Subió del agua, y
he Aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de
Dios que Descendía como paloma y Venía sobre él.
17
Y he Aquí, una voz de los cielos Decía: "Este es mi Hijo amado,
en quien tengo complacencia."
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para
ser tentado por el diablo.
2
Y después de haber ayunado cuarenta Días y cuarenta noches,
tuvo hambre.
3
El tentador se Acercó y le dijo: --Si eres Hijo de Dios, di que estas
piedras se conviertan en pan.
4
Pero él Respondió y dijo: --Escrito Está: No Sólo
de pan Vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios.
5
Entonces el diablo le Llevó a la santa ciudad, le puso de pie sobre
el Pináculo del templo,
6
y le dijo: --Si eres Hijo de Dios, échate abajo, porque escrito
Está: A sus ángeles Mandará acerca de ti, y en sus manos
te Llevarán, de modo que nunca tropieces con tu pie en piedra.
7
Jesús le dijo: --Además Está escrito: No Pondrás
a prueba al Señor tu Dios.
8
Otra vez el diablo le Llevó a un monte muy alto, y le Mostró
todos los reinos del mundo y su gloria.
9
Y le dijo: --Todo esto te daré, si postrado me adoras.
10
Entonces Jesús le dijo: --Vete, Satanás, porque escrito Está:
Al Señor tu Dios Adorarás y a él solo Servirás.
11
Entonces el diablo le Dejó, y he Aquí, los ángeles vinieron
y le Servían.
12
Y cuando Jesús Oyó que Juan Había sido encarcelado,
Regresó a Galilea.
13
Y habiendo dejado Nazaret, fue y Habitó en Capernaúm, ciudad
junto al mar en la Región de Zabulón y Neftalí,
14
para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaías, diciendo:
15
Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro
lado del Jordán, Galilea de los gentiles.
16
El pueblo que moraba en tinieblas vio una gran luz. A los que moraban en
Región y sombra de muerte, la luz les Amaneció.
17
Desde entonces Jesús Comenzó a predicar y a decir:
"¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!"
18
Mientras andaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos:
a Simón, que es llamado Pedro, y a su hermano Andrés. Estaban
echando una red en el mar, porque eran pescadores.
19
Y les dijo: "Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres."
20
Y de inmediato ellos dejaron sus redes y le siguieron.
21
Y pasando Más adelante, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo
y Juan su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, arreglando sus redes.
Los Llamó,
22
y en seguida ellos dejaron la barca y a su padre, y le siguieron.
23
Jesús Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas
de ellos, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda
dolencia en el pueblo.
24
Su fama Corrió por toda Siria, y le trajeron todos los que Tenían
males: los que Padecían diversas enfermedades y dolores, los endemoniados,
los Lunáticos y los Paralíticos. Y él los Sanó.
25
Le siguieron grandes multitudes de Galilea, de Decápolis, de
Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.
Cuando vio la multitud, Subió al monte; y al sentarse él, se
le acercaron sus Discípulos.
2
Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
3
"Bienaventurados los pobres en Espíritu, porque de ellos es el reino
de los cielos.
4
"Bienaventurados los que lloran, porque ellos Serán consolados.
5
"Bienaventurados los mansos, porque ellos Recibirán la tierra por
heredad.
6
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos
Serán saciados.
7
"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos Recibirán misericordia.
8
"Bienaventurados los de limpio Corazón, porque ellos Verán
a Dios.
9
"Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos Serán llamados
hijos de Dios.
10
"Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque
de ellos es el reino de los cielos.
11
"Bienaventurados sois cuando os vituperan y os persiguen, y dicen toda clase
de mal contra vosotros por mi causa, mintiendo.
12
Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos; pues
Así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
13
"Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con
qué Será salada? No vale Más para nada, sino para ser
echada fuera y pisoteada por los hombres.
14
"Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede
ser escondida.
15
Tampoco se enciende una Lámpara para ponerla debajo de un Cajón,
sino sobre el candelero; y Así alumbra a todos los que Están
en la casa.
16
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, de modo que vean vuestras
buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que Está en los cielos.
17
"No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he
venido para abrogar, sino para cumplir.
18
De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una
jota ni una tilde Pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido.
19
"Por lo tanto, cualquiera que quebranta el Más pequeño de estos
mandamientos y Así enseña a los hombres, Será considerado
el Más pequeño en el reino de los cielos. Pero cualquiera que
los cumple y los enseña, éste Será considerado grande
en el reino de los cielos.
20
Porque os digo que a menos que vuestra justicia sea mayor que la de los escribas
y de los fariseos, Jamás entraréis en el reino de los cielos.
21
"Habéis Oído que fue dicho a los antiguos: No Cometerás
homicidio; y cualquiera que comete homicidio Será culpable en el juicio.
22
Pero yo os digo que todo el que se enoja con su hermano Será culpable
en el juicio. Cualquiera que le llama a su hermano 'necio' Será culpable
ante el Sanedrín; y cualquiera que le llama 'fatuo' Será expuesto
al infierno de fuego.
23
"Por tanto, si has Traído tu ofrenda al altar y Allí te acuerdas
de que tu hermano tiene algo contra ti,
24
deja tu ofrenda Allí delante del altar, y vé, Reconcíliate
primero con tu hermano, y entonces vuelve y ofrece tu ofrenda.
25
"Reconcíliate pronto con tu adversario mientras Estás con él
en el camino; no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al
guardia, y seas echado en la Cárcel.
26
De cierto te digo que Jamás Saldrás de Allí hasta que
pagues el último cuadrante.
27
"Habéis Oído que fue dicho: No Cometerás adulterio.
28
Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer para codiciarla ya
Adulteró con ella en su Corazón.
29
Por tanto, si tu ojo derecho te es Ocasión de caer, Sácalo
y échalo de ti. Porque es mejor para ti que se pierda uno de tus miembros,
y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
30
Y si tu mano derecha te es Ocasión de caer, Córtala y échala
de ti. Porque es mejor para ti que se pierda uno de tus miembros, y no que
todo tu cuerpo sea echado al infierno.
31
"También fue dicho: Cualquiera que despide a su mujer, déle
carta de divorcio.
32
Pero yo os digo que todo aquel que se divorcia de su mujer, a no ser por
causa de adulterio, hace que ella cometa adulterio. Y el que se casa con
la mujer divorciada comete adulterio.
33
"Además, habéis Oído que fue dicho a los antiguos: No
Jurarás falsamente; sino que Cumplirás al Señor tus
juramentos.
34
Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque
es el trono de Dios;
35
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén,
porque es la ciudad del Gran Rey.
36
No Jurarás ni por tu cabeza, porque no puedes hacer que un cabello
sea ni blanco ni negro.
37
Pero sea vuestro hablar, 'Sí', 'Sí', y 'no', 'no'. Porque lo
que va Más Allá de esto, procede del mal.
38
"Habéis Oído que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo y diente
por diente.
39
Pero yo os digo: No Resistáis al malo. Más bien, a cualquiera
que te golpea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
40
Y al que quiera llevarte a juicio y quitarte la Túnica, déjale
también el manto.
41
A cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, vé con él
dos.
42
Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo niegues.
43
"Habéis Oído que fue dicho: Amarás a tu Prójimo
y Aborrecerás a tu enemigo.
44
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen;
45
de modo que Seáis hijos de vuestro Padre que Está en los cielos,
porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre
justos e injustos.
46
Porque si Amáis a los que os aman, ¿qué recompensa
tenéis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos?
47
Y si Saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis
de Más? ¿No hacen eso mismo los gentiles?
48
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que Está en los
cielos es perfecto.
"Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos
por ellos. De lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre
que Está en los cielos.
2
Cuando, pues, hagas obras de misericordia, no hagas tocar trompeta delante
de ti, como hacen los Hipócritas en las sinagogas y en las calles,
para ser honrados por los hombres. De cierto os digo que ellos ya tienen
su recompensa.
3
Pero cuando Tú hagas obras de misericordia, no sepa tu izquierda lo
que hace tu derecha,
4
de modo que tus obras de misericordia sean en secreto. Y tu Padre que ve
en secreto te Recompensará.
5
"Cuando oréis, no Seáis como los Hipócritas, que aman
orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos
por los hombres. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.
6
Pero Tú, cuando ores, entra en tu Habitación, cierra la puerta
y ora a tu Padre que Está en secreto; y tu Padre que ve en secreto
te Recompensará.
7
Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan
que Serán Oídos por su Palabrería.
8
Por tanto, no os Hagáis semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe
de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le Pidáis.
9
Vosotros, pues, orad Así: Padre nuestro que Estás en los cielos:
Santificado sea tu nombre,
10
venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo Así también
en la tierra.
11
El pan nuestro de cada Día, Dánoslo hoy.
12
Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos
a nuestros deudores.
13
Y no nos metas en Tentación, mas Líbranos del mal. Porque tuyo
es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.
14
Porque si Perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial
también os Perdonará a vosotros.
15
Pero si no Perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os
Perdonará vuestras ofensas.
16
"Cuando ayunéis, no os Hagáis los Decaídos, como los
Hipócritas, que descuidan su apariencia para mostrar a los hombres
que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.
17
Pero Tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y Lávate la cara,
18
de modo que no muestres a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que Está
en secreto. Y tu Padre que ve en secreto te Recompensará.
19
"No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla
y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban.
20
Más bien, acumulad para vosotros tesoros en el cielo, donde ni la
polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni
roban.
21
Porque donde esté tu tesoro, Allí también Estará
tu Corazón.
22
"La Lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo Está
sano, todo tu cuerpo Estará lleno de luz.
23
Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo Estará en tinieblas. De modo
que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡Cuán grande es esa
oscuridad!
24
"Nadie puede servir a dos señores; porque Aborrecerá al uno
y Amará al otro, o se Dedicará al uno y Menospreciará
al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
25
"Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué
habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro
cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida Más
que el alimento, y el cuerpo Más que el vestido?
26
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros;
y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho Más
valor que ellas?
27
¿Quién de vosotros Podrá, por Más que se afane,
añadir a su estatura un codo?
28
¿Por qué os Afanáis por el vestido? Mirad los lirios del
campo, Cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan;
29
pero os digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como
uno de ellos.
30
Si Dios viste Así la hierba del campo, que hoy Está y mañana
es echada en el horno, ¿no Hará mucho Más por vosotros,
hombres de poca fe?
31
"Por tanto, no os afanéis diciendo: '¿Qué comeremos?'
o '¿Qué beberemos?' o '¿Con qué nos cubriremos?'
32
Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre que Está
en los cielos sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33
Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os Serán añadidas.
34
Así que, no os afanéis por el Día de mañana,
porque el Día de mañana Traerá su propio Afán.
Basta a cada Día su propio mal.
Porque con el juicio con que Juzgáis seréis juzgados, y con
la medida con que Medís se os Medirá.
3
"¿Por qué miras la brizna de paja que Está en el ojo de
tu hermano, y dejas de ver la viga que Está en tu propio ojo?
4
¿Cómo Dirás a tu hermano: 'Deja que yo saque la brizna
de tu ojo', y he Aquí la viga Está en el tuyo?
5
¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces
Podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
6
"No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante
de los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra
vosotros y os despedacen.
7
"Pedid, y se os Dará. Buscad y hallaréis. Llamad, y se os
Abrirá.
8
Porque todo el que pide recibe, el que busca halla, y al que llama se le
Abrirá.
9
¿Qué hombre hay entre vosotros que, al hijo que le pide pan,
le Dará una piedra?
10
¿O al que le pide pescado, le Dará una serpiente?
11
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros
hijos, ¿Cuánto Más vuestro Padre que Está en los
cielos Dará cosas buenas a los que le piden?
12
"Así que, todo lo que Queráis que los hombres hagan por vosotros,
Así también haced por ellos, porque esto es la Ley y los Profetas.
13
"Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el
camino que lleva a la Perdición, y son muchos los que entran por ella.
14
Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino
que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan.
15
"Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas,
pero que por dentro son lobos rapaces.
16
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los
espinos o higos de los abrojos?
17
Así también, todo árbol sano da buenos frutos, pero
el árbol podrido da malos frutos.
18
El árbol sano no puede dar malos frutos, ni tampoco puede el árbol
podrido dar buenos frutos.
19
Todo árbol que no lleva buen fruto es cortado y echado en el fuego.
20
Así que, por sus frutos los conoceréis.
21
"No todo el que me dice 'Señor, Señor' Entrará en el
reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que Está
en los cielos.
22
Muchos me Dirán en aquel Día: '¡Señor, Señor!
¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios?
¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?'
23
Entonces yo les declararé: 'Nunca os he conocido. ¡Apartaos de
Mí, obradores de maldad!'
24
"Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, Será semejante
a un hombre prudente que Edificó su casa sobre la peña.
25
Y Cayó la lluvia, vinieron torrentes, soplaron vientos y golpearon
contra aquella casa. Pero ella no se Derrumbó, porque se Había
fundado sobre la peña.
26
"Pero todo el que me oye estas palabras y no las hace, Será semejante
a un hombre insensato que Edificó su casa sobre la arena.
27
Cayó la lluvia, vinieron torrentes, y soplaron vientos, y azotaron
contra aquella casa. Y se Derrumbó, y fue grande su ruina."
28
Y Aconteció que cuando Jesús Terminó estas palabras,
las multitudes estaban maravilladas de su enseñanza;
29
porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Cuando Descendió del monte, le Siguió mucha gente.
2
Y he Aquí vino un leproso y se Postró ante él diciendo:
--¡Señor, si quieres, puedes limpiarme!
3
Jesús Extendió la mano y le Tocó diciendo: --Quiero.
¡Sé limpio! Y al instante Quedó limpio de la lepra.
4
Entonces Jesús le dijo: --Mira, no lo digas a nadie; pero vé,
muéstrate al sacerdote y ofrece la ofrenda que Mandó Moisés,
para testimonio a ellos.
5
Cuando Jesús Entró en Capernaúm, vino a él un
Centurión y le Rogó
6
diciendo: --Señor, mi criado Está postrado en casa,
Paralítico, y sufre terribles dolores.
7
Y le dijo: --Yo iré y le sanaré.
8
Respondió el Centurión y dijo: --Señor, yo no soy digno
de que entres bajo mi techo. Solamente di la palabra, y mi criado Será
sanado.
9
Porque yo también soy un hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo
mi mando. Si digo a éste: "Vé", él va; si digo al otro:
"Ven", él viene; y si digo a mi siervo: "Haz esto", él lo hace.
10
Cuando Jesús Oyó esto, se Maravilló y dijo a los que
le Seguían: --De cierto os digo que no he hallado tanta fe en ninguno
en Israel.
11
Y os digo que muchos Vendrán del oriente y del occidente y se
Sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,
12
pero los hijos del reino Serán echados a las tinieblas de afuera.
Allí Habrá llanto y crujir de dientes.
13
Entonces Jesús dijo al Centurión: --Vé, y como Creíste
te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella hora.
14
Entró Jesús en la casa de Pedro, y vio que su suegra estaba
postrada en cama con fiebre.
15
El le Tocó la mano, y la fiebre la Dejó. Luego ella se
Levantó y Comenzó a servirle.
16
Al atardecer, trajeron a él muchos endemoniados. Con su palabra Echó
fuera a los Espíritus y Sanó a todos los enfermos,
17
de modo que se cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaías, quien
dijo: El mismo Tomó nuestras debilidades y Cargó con nuestras
enfermedades.
18
Cuando se vio rodeado de una multitud, Jesús Mandó que pasasen
a la otra orilla.
19
Entonces se le Acercó un escriba y le dijo: --Maestro, te seguiré
a dondequiera que Tú vayas.
20
Jesús le dijo: --Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo tienen
nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene Dónde recostar la cabeza.
21
Otro de sus Discípulos le dijo: --Señor, Permíteme que
primero vaya y entierre a mi padre.
22
Pero Jesús le dijo: --Sígueme y deja que los muertos entierren
a sus muertos.
23
El Entró en la barca, y sus Discípulos le siguieron.
24
Y de repente se Levantó una tempestad tan grande en el mar que las
olas Cubrían la barca, pero él Dormía.
25
Y Acercándose, le despertaron diciendo: --¡Señor,
Sálvanos, que perecemos!
26
Y él les dijo: --¿Por qué Estáis miedosos, hombres
de poca fe? Entonces se Levantó y Reprendió a los vientos y
al mar, y se hizo grande bonanza.
27
Los hombres se maravillaron y Decían: --¿Qué clase de
hombre es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?
28
Una vez llegado a la otra orilla, a la Región de los gadarenos, le
vinieron al encuentro dos endemoniados que Habían salido de los sepulcros.
Eran violentos en extremo, tanto que nadie Podía pasar por aquel camino.
29
Y he Aquí, ellos lanzaron gritos diciendo: --¿Qué tienes
con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido Acá para atormentarnos
antes de tiempo?
30
Lejos de ellos estaba paciendo un gran hato de cerdos,
31
y los demonios le rogaron diciendo: --Si nos echas fuera, Envíanos
a aquel hato de cerdos.
32
El les dijo: --¡Id! Ellos salieron y se fueron a los cerdos, y he Aquí
todo el hato de cerdos se Lanzó al mar por un despeñadero,
y murieron en el agua.
33
Los que apacentaban los cerdos huyeron, se fueron a la ciudad y lo contaron
todo, aun lo que Había pasado a los endemoniados.
34
Y he Aquí, toda la ciudad Salió al encuentro de Jesús;
y cuando le vieron, le rogaban que se fuera de sus territorios.
Habiendo entrado en la barca, Jesús Pasó a la otra orilla y
Llegó a su propia ciudad.
2
Entonces le trajeron un Paralítico tendido sobre una camilla. Y viendo
Jesús la fe de ellos, dijo al Paralítico: --Ten ánimo,
hijo; tus pecados te son perdonados.
3
He Aquí, algunos de los escribas dijeron entre Sí: --¡Este
blasfema!
4
Y conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: --¿Por qué
Pensáis mal en vuestros corazones?
5
Porque, ¿qué es Más Fácil decir: "Tus pecados te
son perdonados" o decir: "Levántate y anda"?
6
Pero para que Sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad para perdonar
pecados en la tierra, --entonces dijo al Paralítico--:
¡Levántate; toma tu camilla y vete a tu casa!
7
Y se Levantó y se fue a su casa.
8
Cuando las multitudes vieron esto, temieron y glorificaron a Dios, quien
Había dado semejante autoridad a los hombres.
9
Pasando de Allí Más adelante, Jesús vio a un hombre
llamado Mateo, sentado en el lugar de los tributos Públicos, y le
dijo: "¡Sígueme!" Y él se Levantó y le Siguió.
10
Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa, he Aquí
muchos publicanos y pecadores que Habían venido estaban sentados a
la mesa con Jesús y sus Discípulos.
11
Y cuando los fariseos le vieron, Decían a sus Discípulos:
--¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?
12
Al Oírlo, Jesús les dijo: --Los sanos no tienen necesidad de
médico, sino los que Están enfermos.
13
Id, pues, y aprended qué significa: Misericordia quiero y no sacrificio.
Porque yo no he venido para llamar a justos, sino a pecadores.
14
Entonces los Discípulos de Juan fueron a Jesús y dijeron:
--¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos frecuentemente, pero
tus Discípulos no ayunan?
15
Jesús les dijo: --¿Pueden tener luto los que Están de
bodas mientras el novio Está con ellos? Pero Vendrán Días
cuando el novio les Será quitado, y entonces Ayunarán.
16
Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira del
vestido y la rotura se hace peor.
17
Tampoco echan vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rompen, el
vino se derrama, y los odres se echan a perder. Más bien, echan vino
nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.
18
Mientras él hablaba estas cosas, he Aquí vino un hombre principal
y se Postró delante de él diciéndole: --Mi hija acaba
de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella, y Vivirá.
19
Jesús se Levantó y le Siguió con sus Discípulos.
20
Y he Aquí una mujer que Sufría de hemorragia desde Hacía
doce años, se le Acercó por Detrás y Tocó el
borde de su manto;
21
porque ella pensaba dentro de Sí: "Si solamente toco su vestido,
seré sanada."
22
Pero Jesús, volviéndose y Mirándola, dijo: --Ten
ánimo, hija, tu fe te ha salvado. Y la mujer fue sanada desde aquella
hora.
23
Cuando Jesús Llegó a la casa del principal y vio a los que
tocaban las flautas y a la multitud que Hacía bullicio,
24
les dijo: --Apartaos, porque la muchacha no ha muerto, sino que duerme. Y
se burlaban de él.
25
Cuando Habían sacado a la gente, él Entró y la Tomó
de la mano; y la muchacha se Levantó.
26
Y Salió esta noticia por toda aquella tierra.
27
Mientras Jesús pasaba de Allí, le siguieron dos ciegos clamando
a gritos y diciendo: --¡Ten misericordia de nosotros, hijo de David!
28
Cuando él Llegó a la casa, los ciegos vinieron a él.
Y Jesús les dijo: --¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos
dijeron: --Sí, Señor.
29
Entonces les Tocó los ojos diciendo: --Conforme a vuestra fe os sea
hecho.
30
Y los ojos de ellos fueron abiertos. Entonces Jesús les Encargó
rigurosamente diciendo: --Mirad que nadie lo sepa.
31
Pero ellos salieron y difundieron su fama por toda aquella tierra.
32
Mientras aquéllos Salían, he Aquí le trajeron un hombre
mudo endemoniado.
33
Y tan pronto fue echado fuera el demonio, el mudo Habló. Y las multitudes
se maravillaban diciendo: --¡Nunca se ha visto semejante cosa en Israel!
34
Pero los fariseos Decían: --Por el Príncipe de los demonios
echa fuera los demonios.
35
Jesús Recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando
en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad
y toda dolencia.
36
Y cuando vio las multitudes, tuvo Compasión de ellas; porque estaban
acosadas y desamparadas como ovejas que no tienen pastor.
37
Entonces dijo a sus Discípulos: "A la verdad, la mies es mucha, pero
los obreros son pocos.
38
Rogad, pues, al Señor de la mies, que Envíe obreros a su mies."
Entonces Llamó a sus doce Discípulos y les dio autoridad sobre
los Espíritus inmundos para echarlos fuera, y para sanar toda enfermedad
y toda dolencia.
2
Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón,
llamado Pedro, y su hermano Andrés; también Jacobo hijo de
Zebedeo, y su hermano Juan;
3
Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Jacobo hijo
de Alfeo, y Tadeo;
4
Simón el cananita y Judas Iscariote, quien le Entregó.
5
A estos doce los Envió Jesús, Dándoles instrucciones
diciendo: "No Vayáis por los caminos de los gentiles, ni entréis
en las ciudades de los samaritanos.
6
Pero id, Más bien, a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
7
Y cuando Vayáis, predicad diciendo: 'El reino de los cielos se ha
acercado.'
8
Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios.
De gracia habéis recibido; dad de gracia.
9
"No os Proveáis ni de oro, ni de plata, ni de cobre en vuestros cintos.
10
Tampoco llevéis bolsas para el camino, ni dos vestidos, ni zapatos,
ni Bastón; porque el obrero es digno de su alimento.
11
En cualquier ciudad o aldea donde entréis, averiguad quién
en ella sea digno y quedaos Allí hasta que Salgáis.
12
Al entrar en la casa, saludadla.
13
Si la casa es digna, venga vuestra paz sobre ella. Pero si no es digna, vuelva
vuestra paz a vosotros.
14
Y en caso de que no os reciban ni escuchen vuestras palabras, salid de aquella
casa o ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies.
15
De cierto os digo que en el Día del juicio Será Más
tolerable para los de la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella
ciudad.
16
"He Aquí, yo os Envío como a ovejas en medio de lobos. Sed,
pues, astutos como serpientes y sencillos como palomas.
17
Guardaos de los hombres, porque os Entregarán a los tribunales y en
sus sinagogas os Azotarán.
18
Seréis llevados aun ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar
testimonio a ellos y a los gentiles.
19
Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de Cómo o qué
hablaréis, porque os Será dado en aquella hora lo que habéis
de decir.
20
Pues no sois vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de
vuestro Padre que Hablará en vosotros.
21
"El hermano Entregará a muerte a su hermano, y el padre a su hijo.
Se Levantarán los hijos contra sus padres y los Harán morir.
22
Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero el que
persevere hasta el fin, éste Será salvo.
23
Y cuando os persigan en una ciudad, huid a la otra. Porque de cierto os digo
que de Ningún modo acabaréis de recorrer todas las ciudades
de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.
24
"El Discípulo no es Más que su maestro, ni el siervo Más
que su señor.
25
Bástale al Discípulo ser como su maestro, y al siervo como
su señor. Si al padre de familia le llamaron Beelzebul,
¡Cuánto Más lo Harán a los de su casa!
26
"Así que, no les Temáis. Porque no hay nada encubierto que
no Será revelado, ni oculto que no Será conocido.
27
Lo que os digo en privado, decidlo en Público; y lo que Oís
al Oído, proclamadlo desde las azoteas.
28
No Temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma.
Más bien, temed a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo
en el infierno.
29
¿Acaso no se venden dos pajaritos por un cuarto? Con todo, ni uno de
ellos cae a tierra sin el consentimiento de vuestro Padre.
30
Pues aun vuestros cabellos Están todos contados.
31
Así que, no Temáis; Más valéis vosotros que muchos
pajaritos.
32
"Por tanto, a todo el que me confiese delante de los hombres, yo también
le confesaré delante de mi Padre que Está en los cielos.
33
Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le
negaré delante de mi Padre que Está en los cielos.
34
"No penséis que he venido para traer paz a la tierra. No he venido
para traer paz, sino espada.
35
Porque yo he venido para poner en Disensión al hombre contra su padre,
a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra.
36
Y los enemigos de un hombre Serán los de su propia casa.
37
"El que ama a padre o a madre Más que a Mí no es digno de Mí,
y el que ama a hijo o a hija Más que a Mí no es digno de Mí.
38
El que no toma su cruz y sigue en pos de Mí no es digno de Mí.
39
El que halla su vida la Perderá, y el que pierde su vida por mi causa
la Hallará.
40
"El que os recibe a vosotros a Mí me recibe, y el que me recibe a
Mí recibe al que me Envió.
41
El que recibe a un profeta porque es profeta, Recibirá recompensa
de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, Recibirá
recompensa de justo.
42
Cualquiera que da a uno de estos pequeñitos un vaso de agua Fría
solamente porque es mi Discípulo, de cierto os digo que Jamás
Perderá su recompensa."
Aconteció que, cuando Jesús Acabó de dar instrucciones
a sus doce Discípulos, se fue de Allí a enseñar y a
predicar en las ciudades de ellos.
2
Ahora bien, cuando Oyó Juan en la Cárcel de los hechos de Cristo,
Envió a él por medio de sus Discípulos,
3
y le dijo: --¿Eres Tú aquel que ha de venir, o esperaremos a
otro?
4
Y respondiendo Jesús les dijo: --Id y haced saber a Juan las cosas
que Oís y veis:
5
Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son hechos limpios, los sordos
oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncia el evangelio.
6
Y bienaventurado es el que no toma ofensa en Mí.
7
Mientras ellos se iban, Jesús Comenzó a hablar de Juan a las
multitudes: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una
caña sacudida por el viento?
8
Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido de ropa
delicada? He Aquí, los que se visten con ropa delicada Están
en los palacios de los reyes.
9
Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? ¡Sí,
os digo, y Más que profeta!
10
Este es aquel de quien Está escrito: He Aquí yo Envío
mi mensajero delante de tu rostro, quien Preparará tu camino delante
de ti.
11
De cierto os digo que no se ha levantado entre los nacidos de mujer Ningún
otro mayor que Juan el Bautista. Sin embargo, el Más pequeño
en el reino de los cielos es mayor que él.
12
Desde los Días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos
sufre violencia, y los violentos se apoderan de él.
13
Porque todos los Profetas y la Ley profetizaron hasta Juan.
14
Y si lo queréis recibir, él es el Elías que Había
de venir.
15
El que tiene Oídos, oiga.
16
"Pero, ¿a qué compararé esta Generación? Es semejante
a los muchachos que se sientan en las plazas y dan voces a sus compañeros,
17
diciendo: 'Os tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos canciones de
duelo y no lamentasteis.'
18
Porque vino Juan, que no Comía ni Bebía, y dicen: 'Tiene demonio.'
19
Y vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: 'He Aquí un hombre
Comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.' Pero
la Sabiduría es justificada por sus hechos."
20
Entonces Comenzó a reprender a las ciudades en las cuales se realizaron
muchos de sus hechos poderosos, porque no se Habían arrepentido:
21
"¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si se hubieran
realizado en Tiro y en Sidón los hechos poderosos que se realizaron
en vosotras, ya hace tiempo se Habrían arrepentido en saco y ceniza.
22
Pero os digo que en el Día del juicio el castigo para Tiro y Sidón
Será Más tolerable que para vosotras.
23
"Y Tú, Capernaúm, ¿Serás exaltada hasta el cielo?
¡Hasta el Hades Serás hundida! Porque si entre los de Sodoma
se hubieran realizado los hechos poderosos que se realizaron en ti, Habrían
permanecido hasta hoy.
24
Pero os digo que en el Día del juicio el castigo Será Más
tolerable para la tierra de Sodoma, que para ti."
25
En aquel tiempo Jesús Respondió y dijo: "Te alabo, oh Padre,
Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de
los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños.
26
Sí, Padre, porque Así te Agradó.
27
"Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre. Nadie conoce bien al
Hijo, sino el Padre. Nadie conoce bien al Padre, sino el Hijo y aquel a quien
el Hijo lo quiera revelar.
28
"Venid a Mí, todos los que Estáis fatigados y cargados, y yo
os haré descansar.
29
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde
de Corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
En ese tiempo, Jesús Pasó por los sembrados en Sábado.
Sus Discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a
comer.
2
Y al verlo los fariseos, le dijeron: --Mira, tus Discípulos hacen
lo que no es Lícito hacer en el Sábado.
3
El les dijo: --¿No habéis Leído qué hizo David
cuando tuvo hambre él y los que estaban con él;
4
Cómo Entró en la casa de Dios y comieron los panes de la Presencia,
cosa que no les era Lícito comer ni a él ni a los que estaban
con él, sino Sólo a los sacerdotes?
5
¿Tampoco habéis Leído en la ley que en los Sábados
los sacerdotes en el templo profanan el Sábado y quedan sin culpa?
6
Pero os digo que uno mayor que el templo Está Aquí.
7
Si hubierais conocido qué significa Misericordia quiero y no sacrificio,
no Habríais condenado a los que no tienen culpa.
8
Porque el Hijo del Hombre es Señor del Sábado.
9
Partió de Allí y fue a la sinagoga de ellos.
10
Y he Aquí Había un hombre que Tenía la mano paralizada;
y para acusar a Jesús, le preguntaron diciendo: --¿Es Lícito
sanar en Sábado?
11
Pero él les dijo: --¿Qué hombre hay entre vosotros que
tenga una oveja, que si ésta cae en un pozo en Sábado, no le
Echará mano y la Sacará?
12
Pues, ¡Cuánto Más vale un hombre que una oveja! De manera
que es Lícito hacer bien en Sábado.
13
Entonces dijo a aquel hombre: --Extiende tu mano. El la Extendió,
y su mano fue restaurada sana como la otra.
14
Pero saliendo los fariseos, tomaron consejo contra él, Cómo
destruirlo.
15
Como Jesús lo supo, se Apartó de Allí. Le Siguió
mucha gente, y a todos los Sanó.
16
Y les Mandó rigurosamente que no lo dieran a conocer,
17
para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaías, que dijo:
18
He Aquí mi siervo, a quien he escogido; mi amado, en quien se complace
mi alma. Pondré mi Espíritu sobre él, y Anunciará
juicio a las naciones.
19
No Contenderá, ni Dará voces; ni Oirá nadie su voz en
las plazas.
20
La caña cascada no Quebrará, y la mecha que humea no Apagará,
hasta que saque a triunfo el juicio.
21
Y en su nombre las naciones Pondrán su esperanza.
22
Entonces fue Traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le
Sanó, de manera que el mudo hablaba y Veía.
23
Toda la gente estaba Atónita y Decía: --¿Acaso Será
éste el Hijo de David?
24
Pero al Oírlo, los fariseos dijeron: --Este no echa fuera los demonios
sino por Beelzebul, el Príncipe de los demonios.
25
Pero como Jesús Conocía sus pensamientos, les dijo: --Todo
reino dividido contra Sí mismo Está arruinado. Y ninguna ciudad
o casa dividida contra Sí misma Permanecerá.
26
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra Sí mismo
Está dividido. ¿Cómo, pues, Permanecerá en pie
su reino?
27
Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los
echan fuera vuestros hijos? Por tanto, ellos Serán vuestros jueces.
28
Pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente
ha llegado a vosotros el reino de Dios.
29
Porque, ¿Cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte
y saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte? Y entonces
Saqueará su casa.
30
El que no Está conmigo, contra Mí Está; y el que conmigo
no recoge, desparrama.
31
Por esto os digo que todo pecado y blasfemia Será perdonado a los
hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no Será perdonada.
32
Y a cualquiera que diga palabra contra el Hijo del Hombre le Será
perdonado; pero a cualquiera que hable contra el Espíritu Santo no
le Será perdonado, ni en este mundo, ni en el venidero.
33
O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol
y malo su fruto; porque el árbol es conocido por su fruto.
34
¡Generación de Víboras! ¿Cómo podréis
vosotros, siendo malos, hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del
Corazón habla la boca.
35
El hombre bueno del buen tesoro saca cosas buenas, y el hombre malo del mal
tesoro saca cosas malas.
36
Pero yo os digo que en el Día del juicio los hombres Darán
cuenta de toda palabra ociosa que hablen.
37
Porque por tus palabras Serás justificado, y por tus palabras Serás
condenado.
38
Entonces le respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo:
--Maestro, deseamos ver de ti una señal.
39
El Respondió y les dijo: --Una Generación malvada y Adúltera
demanda señal, pero no le Será dada ninguna señal, sino
la señal del profeta Jonás.
40
Porque Así como Jonás estuvo tres Días y tres noches
en el vientre del gran pez, Así Estará el Hijo del Hombre en
el Corazón de la tierra tres Días y tres noches.
41
Los hombres de Nínive se Levantarán en el juicio contra esta
Generación y la Condenarán, porque ellos se arrepintieron ante
la Proclamación de Jonás. ¡Y he Aquí uno mayor
que Jonás Está en este lugar!
42
La reina del Sur se Levantará en el juicio contra esta Generación
y la Condenará, porque vino de los confines de la tierra para Oír
la Sabiduría de Salomón. ¡Y he Aquí uno mayor que
Salomón Está en este lugar!
43
Cuando el Espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares
secos buscando reposo, y no lo encuentra.
44
Entonces dice: "Volveré a mi casa de donde Salí." Cuando regresa,
la halla desocupada, barrida y adornada.
45
Entonces va y trae consigo otros siete Espíritus peores que él.
Y después de entrar, habitan Allí; y el estado final de aquel
hombre llega a ser peor que el primero. Así también Sucederá
a esta perversa Generación.
46
Mientras Todavía hablaba a la gente, he Aquí su madre y sus
hermanos estaban afuera, buscando hablar con él.
47
Y alguien le dijo: --Mira, tu madre y tus hermanos Están afuera, buscando
hablar contigo.
48
Pero Jesús Respondió al que hablaba con él y dijo:
--¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?
49
Entonces Extendió su mano hacia sus Discípulos y dijo: --¡He
Aquí mi madre y mis hermanos!
50
Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que Está en los
cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Aquel Día Jesús Salió de la casa y se Sentó junto
al mar.
2
Y se le Acercó mucha gente, de manera que él Entró en
una barca para sentarse, y toda la multitud estaba de pie en la playa.
3
Entonces les Habló muchas cosas en Parábolas, diciendo: "He
Aquí un sembrador Salió a sembrar.
4
Mientras él sembraba, parte de la semilla Cayó junto al camino;
y vinieron las aves y la devoraron.
5
Y otra parte Cayó en pedregales, donde no Había mucha tierra;
y Brotó Rápidamente, porque la tierra no era profunda.
6
Pero cuando Salió el sol, se Quemó; y porque no Tenía
Raíz, se Secó.
7
Y otra parte Cayó entre los espinos. Los espinos crecieron y la ahogaron.
8
Y otra parte Cayó en buena tierra y dio fruto, una a ciento, otra
a sesenta y otra a treinta por uno.
9
El que tiene Oídos, que oiga."
10
Entonces se acercaron los Discípulos y le dijeron: --¿Por qué
les hablas por Parábolas?
11
Y él respondiendo les dijo: --Porque a vosotros se os ha concedido
conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha
concedido.
12
Porque al que tiene, le Será dado, y Tendrá Más; pero
al que no tiene, aun lo que tiene le Será quitado.
13
Por esto les hablo por Parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no
oyen, ni tampoco entienden.
14
Además, se cumple en ellos la Profecía de Isaías, que
dice: De Oído oiréis, y nunca entenderéis; y mirando
miraréis, y nunca veréis.
15
Porque el Corazón de este pueblo se ha vuelto insensible, y con los
Oídos han Oído torpemente. Han cerrado sus ojos para que no
vean con los ojos, ni oigan con los Oídos, ni entiendan con el
Corazón, ni se conviertan. Y yo los sanaré.
16
Pero ¡bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros Oídos,
porque oyen!
17
Porque de cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que
veis y no lo vieron, y Oír lo que Oís y no lo oyeron.
18
Vosotros, pues, Oíd la Parábola del sembrador.
19
Cuando alguien oye la palabra del reino y no la entiende, viene el maligno
y arrebata lo que fue sembrado en su Corazón. Este es el que fue sembrado
junto al camino.
20
Y el que fue sembrado en pedregales es el que oye la palabra y en seguida
la recibe con gozo;
21
pero no tiene Raíz en Sí, sino que es de poca Duración,
y cuando viene la Aflicción o la Persecución por causa de la
palabra, en seguida tropieza.
22
Y el que fue sembrado en espinos, éste es el que oye la palabra, pero
las preocupaciones de este mundo y el engaño de las riquezas ahogan
la palabra, y queda sin fruto.
23
Pero el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye la palabra
y la entiende, el que de veras lleva fruto y produce, uno a ciento, otro
a sesenta, y otro a treinta por uno.
24
Les Presentó otra Parábola diciendo: "El reino de los cielos
es semejante a un hombre que Sembró buena semilla en su campo.
25
Pero mientras Dormían los hombres, vino su enemigo y Sembró
cizaña entre el trigo, y se fue.
26
Cuando Brotó la hierba y produjo fruto, entonces Apareció
también la cizaña.
27
Se acercaron los siervos al dueño del campo y le preguntaron:
'Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De
Dónde, pues, tiene cizaña?'
28
Y él les dijo: 'Un hombre enemigo ha hecho esto.' Los siervos le dijeron:
'Entonces, ¿quieres que vayamos y la recojamos?'
29
Pero él dijo: 'No; no sea que al recoger la cizaña arranquéis
con ella el trigo.
30
Dejad crecer a ambos hasta la siega. Cuando llegue el tiempo de la siega,
yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla
en manojos para quemarla. Pero reunid el trigo en mi granero.'"
31
Les Presentó otra Parábola diciendo: "El reino de los cielos
es semejante al grano de mostaza que un hombre Tomó y Sembró
en su campo.
32
Esta es la Más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece,
es la Más grande de las hortalizas y se convierte en árbol,
de modo que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas."
33
Les dijo otra Parábola: "El reino de los cielos es semejante a la
levadura que una mujer Tomó y Escondió en tres medidas de harina,
hasta que todo Quedó leudado."
34
Todo esto Habló Jesús en Parábolas a las multitudes
y sin Parábolas no les hablaba,
35
de manera que se Cumplió lo dicho por medio del profeta diciendo:
Abriré mi boca con Parábolas; publicaré cosas que han
estado ocultas desde la Fundación del mundo.
36
Entonces, una vez despedida la multitud, Volvió a casa. Y sus
Discípulos se acercaron a él diciendo: --Explícanos
la Parábola de la cizaña del campo.
37
Y respondiendo él dijo: --El que siembra la buena semilla es el Hijo
del Hombre.
38
El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña
son los hijos del maligno.
39
El enemigo que la Sembró es el diablo. La siega es el fin del mundo,
y los segadores son los ángeles.
40
De manera que como la cizaña es recogida y quemada en el fuego, Así
Será el fin del mundo.
41
El Hijo del Hombre Enviará a sus ángeles, y Recogerán
de su reino a todos los que causan tropiezos y a los que hacen maldad,
42
y los Echarán en el horno de fuego. Allí Habrá llanto
y crujir de dientes.
43
Entonces los justos Resplandecerán como el sol en el reino de su Padre.
El que tiene Oídos, que oiga.
44
El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que
un hombre Descubrió y luego Escondió. Y con regocijo va, vende
todo lo que tiene y compra aquel campo.
45
Además, el reino de los cielos es semejante a un comerciante que buscaba
perlas finas.
46
Y habiendo encontrado una perla de gran valor, fue y Vendió todo lo
que Tenía, y la Compró.
47
Asimismo, el reino de los cielos es semejante a una red que fue echada en
el mar y Juntó toda clase de peces.
48
Cuando estuvo llena, la sacaron a la playa. Y sentados recogieron lo bueno
en cestas y echaron fuera lo malo.
49
Así Será el fin del mundo: Saldrán los ángeles
y Apartarán a los malos de entre los justos,
50
y los Echarán en el horno de fuego. Allí Habrá llanto
y crujir de dientes.
51
¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron: --Sí.
52
El les dijo: --Por eso, todo escriba instruido en el reino de los cielos
es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.
53
Aconteció que cuando Jesús Terminó estas Parábolas,
Partió de Allí.
54
Vino a su tierra y les enseñaba en su sinagoga, de manera que ellos
estaban Atónitos y Decían: --¿De Dónde tiene éste
esta Sabiduría y estos milagros?
55
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre
María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas?
56
¿No Están todas sus hermanas con nosotros? ¿De Dónde,
pues, le vienen a éste todas estas cosas?
57
Se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: --No hay profeta
sin honra sino en su propia tierra y en su casa.
58
Y no hizo Allí muchos milagros a causa de la incredulidad de ellos.
En aquel tiempo, Herodes el tetrarca Oyó la fama de Jesús
2
y dijo a sus criados: "¡Este es Juan el Bautista! El ha resucitado de
los muertos; por esta Razón operan estos poderes en él."
3
Porque Herodes Había prendido a Juan, le Había atado con cadenas
y puesto en la Cárcel por causa de Herodía, la mujer de su
hermano Felipe.
4
Porque Juan le Decía: "No te es Lícito tenerla por mujer."
5
Y aunque Herodes Quería matarlo, Temió al pueblo; porque le
Tenían por profeta.
6
Pero cuando se Celebró el cumpleaños de Herodes, la hija de
Herodía Danzó en medio y Agradó a Herodes,
7
por lo cual él se Comprometió bajo juramento a darle lo que
ella pidiera.
8
Ella, instigada por su madre, dijo: "Dame Aquí en un plato la cabeza
de Juan el Bautista."
9
Entonces el rey se Entristeció; pero a causa del juramento y de los
que estaban con él a la mesa, Mandó que se la diesen.
10
Mandó decapitar a Juan en la Cárcel.
11
Y su cabeza fue Traída en un plato y fue dada a la muchacha, y ella
la Presentó a su madre.
12
Entonces llegaron sus Discípulos, tomaron el cuerpo y lo enterraron.
Luego fueron y se lo contaron a Jesús.
13
Al Oírlo, Jesús se Apartó de Allí en una barca
a un lugar desierto y apartado. Cuando las multitudes oyeron esto, le siguieron
a pie desde las ciudades.
14
Cuando Jesús Salió, vio la gran multitud y tuvo Compasión
de ellos, y Sanó a los que entre ellos estaban enfermos.
15
Al atardecer, sus Discípulos se acercaron a él y le dijeron:
--El lugar es desierto, y la hora ya avanzada. Despide a la gente para que
vayan a las aldeas y compren para Sí algo de comer.
16
Pero Jesús les dijo: --No tienen necesidad de irse. Dadles vosotros
de comer.
17
Entonces ellos dijeron: --No tenemos Aquí sino cinco panes y dos pescados.
18
El les dijo: --Traédmelos Acá.
19
Luego Mandó que la gente se recostara sobre la hierba. Tomó
los cinco panes y los dos pescados, y alzando los ojos al cielo, los bendijo.
Después de partirlos, dio los panes a sus Discípulos, y ellos
a la gente.
20
Todos comieron y se saciaron, y se recogieron doce canastas llenas de lo
que Sobró de los pedazos.
21
Los que comieron eran como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los
niños.
22
Y en seguida Jesús Obligó a sus Discípulos a entrar
en la barca e ir delante de él a la otra orilla, mientras él
Despedía a las multitudes.
23
Una vez despedida la gente, Subió al monte para orar a solas; y cuando
Llegó la noche, estaba Allí solo.
24
La barca ya quedaba a gran distancia de la tierra, azotada por las olas,
porque el viento era contrario.
25
Y a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos caminando sobre
el mar.
26
Pero cuando los Discípulos le vieron caminando sobre el mar, se turbaron
diciendo: --¡Un fantasma! Y gritaron de miedo.
27
En seguida Jesús les Habló diciendo: --¡Tened ánimo!
¡Yo soy! ¡No Temáis!
28
Entonces le Respondió Pedro y dijo: --Señor, si eres Tú,
manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
29
Y él dijo: --Ven. Pedro Descendió de la barca y Caminó
sobre las aguas, y fue hacia Jesús.
30
Pero al ver el viento fuerte, tuvo miedo y Comenzó a hundirse. Entonces
Gritó diciendo: --¡Señor, Sálvame!
31
De inmediato Jesús Extendió la mano, le sostuvo y le dijo:
--¡Oh hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
32
Cuando ellos subieron a la barca, se Calmó el viento.
33
Entonces los que estaban en la barca le adoraron diciendo:
--¡Verdaderamente eres Hijo de Dios!
34
Cuando cruzaron a la otra orilla, llegaron a la tierra de Genesaret.
35
Y cuando los hombres de aquel lugar le reconocieron, mandaron a decirlo por
toda aquella Región, y trajeron a él todos los que estaban
enfermos.
36
Y le rogaban que Sólo pudiesen tocar el borde de su manto, y todos
los que tocaron quedaron sanos.
Entonces se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalén,
diciendo:
2
--¿Por qué quebrantan tus Discípulos la Tradición
de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan.
3
El les Respondió diciendo: --¿Por qué también vosotros
Quebrantáis el mandamiento de Dios por causa de vuestra Tradición?
4
Porque Dios dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y El que maldiga a su padre
o a su madre muera irremisiblemente.
5
Pero vosotros Decís que cualquiera que diga a su padre o a su madre:
"Aquello con que hubieras sido beneficiado es mi ofrenda a Dios",
6
no debe honrar a su padre. Así habéis invalidado la palabra
de Dios por causa de vuestra Tradición.
7
¡Hipócritas! Bien Profetizó Isaías de vosotros
diciendo:
8
Este pueblo me honra de labios, pero su Corazón Está lejos
de Mí.
9
Y en vano me rinden culto, enseñando como doctrina los mandamientos
de hombres.
10
Entonces, llamando a Sí a la multitud, les dijo: --¡Oíd
y entended!
11
Lo que entra en la boca no contamina al hombre; sino lo que sale de la boca,
esto contamina al hombre.
12
Entonces se acercaron los Discípulos y le dijeron: --¿Sabes que
los fariseos se ofendieron al Oír esas palabras?
13
Pero él Respondió y dijo: --Toda planta que no Plantó
mi Padre celestial Será desarraigada.
14
Dejadlos. Son ciegos Guías de ciegos. Pero si el ciego Guía
al ciego, ambos Caerán en el hoyo.
15
Respondió Pedro y le dijo: --Explícanos esta Parábola.
16
Jesús dijo: --¿También vosotros carecéis de
entendimiento?
17
¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al Estómago
y sale a la letrina?
18
Pero lo que sale de la boca viene del Corazón, y eso contamina al
hombre.
19
Porque del Corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los
adulterios, las inmoralidades sexuales, los robos, los falsos testimonios
y las blasfemias.
20
Estas cosas son las que contaminan al hombre, pero el comer sin lavarse las
manos no contamina al hombre.
21
Cuando Jesús Salió de Allí, se fue a las regiones de
Tiro y de Sidón.
22
Entonces una mujer cananea que Había salido de aquellas regiones,
clamaba diciendo: --¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de
Mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
23
Pero él no le Respondía palabra. Entonces se acercaron sus
Discípulos y le rogaron diciendo: --Despídela, pues grita tras
nosotros.
24
Y respondiendo dijo: --Yo no he sido enviado sino a las ovejas perdidas de
la casa de Israel.
25
Entonces ella vino y se Postró delante de él diciéndole:
--¡Señor, Socórreme!
26
El le Respondió diciendo: --No es bueno tomar el pan de los hijos
y echarlo a los perritos.
27
Y ella dijo: --Sí, Señor. Pero aun los perritos comen de las
migajas que caen de la mesa de sus dueños.
28
Entonces Respondió Jesús y le dijo: --¡Oh mujer, grande
es tu fe! Sea hecho contigo como quieres. Y su hija fue sana desde aquella
hora.
29
Cuando Jesús Partió de Allí, fue junto al mar de Galilea,
y subiendo al monte se Sentó Allí.
30
Entonces se acercaron a él grandes multitudes que Tenían consigo
cojos, ciegos, mancos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a los
pies de Jesús, y él los Sanó;
31
de manera que la gente se maravillaba al ver a los mudos hablar, a los mancos
sanos, a los cojos andar y a los ciegos ver. Y glorificaban al Dios de Israel.
32
Jesús Llamó a sus Discípulos y dijo: --Tengo Compasión
de la multitud, porque ya hace tres Días que permanecen conmigo y
no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que se
desmayen en el camino.
33
Entonces sus Discípulos le dijeron: --¿De Dónde conseguiremos
nosotros tantos panes en un lugar desierto, como para saciar a una multitud
tan grande?
34
Jesús les dijo: --¿Cuántos panes tenéis? Ellos
dijeron: --Siete, y unos pocos pescaditos.
35
Entonces él Mandó a la multitud que se recostase sobre la tierra.
36
Tomó los siete panes y los pescaditos, y habiendo dado gracias los
Partió e iba dando a los Discípulos, y los Discípulos
a las multitudes.
37
Todos comieron y se saciaron, y recogieron siete cestas llenas de lo que
Sobró de los pedazos.
38
Los que Comían eran cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los
niños.
39
Entonces, una vez despedida la gente, Subió en la barca y se fue a
las regiones de Magdala.
Se acercaron los fariseos y los saduceos, y para probarle le pidieron que
les mostrase una señal del cielo.
2
Pero él les Respondió diciendo: "Al atardecer Decís:
'Hará buen tiempo, porque el cielo Está enrojecido';
3
y al amanecer Decís: 'Hoy Habrá tempestad, porque el cielo
Está enrojecido y Sombrío.' Sabéis discernir el aspecto
del cielo, pero no podéis discernir las señales de los tiempos.
4
Una Generación malvada y Adúltera pide señal, pero no
le Será dada ninguna señal, sino la señal de Jonás."
Y Dejándolos se fue.
5
Cuando los Discípulos cruzaron a la otra orilla, se olvidaron de tomar
consigo pan.
6
Entonces Jesús les dijo: --Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos
y de los saduceos.
7
Ellos Discutían entre Sí, diciendo: --Es porque no trajimos
pan.
8
Pero como Jesús lo Entendió, les dijo: --¿Por qué
Discutís entre vosotros que no tenéis pan, hombres de poca
fe?
9
¿Todavía no entendéis, ni os Acordáis de los cinco
panes para los cinco mil hombres, y Cuántas canastas recogisteis?
10
¿Ni tampoco de los siete panes para los cuatro mil y Cuántas
cestas recogisteis?
11
¿Cómo es que no entendéis que no os hablé del pan?
¡Pero guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos!
12
Entonces entendieron que no les Habló de guardarse de la levadura
del pan, sino Más bien de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.
13
Cuando Llegó Jesús a las regiones de Cesarea de Filipo,
Preguntó a sus Discípulos diciendo: --¿Quién dicen
los hombres que es el Hijo del Hombre?
14
Ellos dijeron: --Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros,
Jeremías o uno de los profetas.
15
Les dijo: --Pero vosotros, ¿quién Decís que soy yo?
16
Respondió Simón Pedro y dijo: --¡Tú eres el Cristo,
el Hijo del Dios viviente!
17
Entonces Jesús Respondió y le dijo: --Bienaventurado eres,
Simón hijo de Jonás, porque no te lo Reveló carne ni
sangre, sino mi Padre que Está en los cielos.
18
Mas yo también te digo que Tú eres Pedro; y sobre esta roca
edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no Prevalecerán
contra ella.
19
A ti te daré las llaves del reino de los cielos. Todo lo que ates
en la tierra Habrá sido atado en el cielo, y lo que desates en la
tierra Habrá sido desatado en los cielos.
20
Entonces Mandó a los Discípulos que no dijesen a nadie que
él era el Cristo.
21
Desde entonces, Jesús Comenzó a explicar a sus Discípulos
que le era preciso ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los
ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto,
y resucitar al tercer Día.
22
Pedro le Tomó aparte y Comenzó a reprenderle diciendo:
--Señor, ten Compasión de ti mismo. ¡Jamás te suceda
esto!
23
Entonces él volviéndose, dijo a Pedro: --¡Quítate
de delante de Mí, Satanás! Me eres tropiezo, porque no piensas
en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
24
Entonces Jesús dijo a sus Discípulos: --Si alguno quiere venir
en pos de Mí, niéguese a Sí mismo, tome su cruz y
Sígame.
25
Porque el que quiera salvar su vida la Perderá, y el que pierda su
vida por causa de Mí la Hallará.
26
Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde
su alma? ¿O qué Dará el hombre en rescate por su alma?
27
Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus
ángeles, y entonces Recompensará a cada uno conforme a sus
hechos.
28
De cierto os digo que hay algunos que Están Aquí, que no
Probarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo
en su reino.
Seis Días después, Jesús Tomó consigo a Pedro,
a Jacobo y a Juan su hermano, y les hizo subir aparte a un monte alto.
2
Y fue transfigurado delante de ellos. Su cara Resplandeció como el
sol, y sus vestiduras se hicieron blancas como la luz.
3
Y he Aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con
él.
4
Entonces intervino Pedro y dijo a Jesús: --Señor, bueno es
que nosotros estemos Aquí. Si quieres, yo levantaré Aquí
tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
5
Mientras él Aún hablaba, de pronto una nube brillante les hizo
sombra, y he Aquí Salió una voz de la nube diciendo: "Este
es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. A él Oíd."
6
Al Oír esto, los Discípulos se postraron sobre sus rostros
y temieron en gran manera.
7
Entonces Jesús se Acercó, los Tocó y dijo: --Levantaos
y no Temáis.
8
Y cuando ellos alzaron los ojos, no vieron a nadie sino a Jesús mismo,
solo.
9
Mientras ellos Descendían del monte, Jesús les Mandó,
diciendo: --No mencionéis la Visión a nadie, hasta que el Hijo
del Hombre resucite de entre los muertos.
10
Entonces los Discípulos le preguntaron diciendo: --¿Por qué
dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
11
Y respondiendo dijo: --A la verdad, Elías viene y Restaurará
todas las cosas.
12
Pero yo os digo que Elías ya vino, y no le reconocieron; Más
bien, hicieron con él todo lo que quisieron. Así también
el Hijo del Hombre ha de padecer de ellos.
13
Entonces los Discípulos entendieron que les hablaba de Juan el Bautista.
14
Cuando llegaron a la multitud, vino a él un hombre y se Arrodilló
delante de él,
15
diciendo: --¡Señor, ten misericordia de mi hijo, que es
Lunático y padece gravemente. Pues muchas veces cae en el fuego, y
muchas veces en el agua.
16
Lo traje a tus Discípulos, y no le pudieron sanar.
17
Jesús Respondió y dijo: --¡Oh Generación
incrédula y perversa! ¿Hasta Cuándo estaré con
vosotros? ¿Hasta Cuándo os soportaré? Traédmelo
Acá.
18
Jesús le Reprendió, y el demonio Salió de él;
y el niño fue sanado desde aquella hora.
19
Luego, los Discípulos se acercaron en privado a Jesús y le
dijeron: --¿Por qué no pudimos nosotros echarlo fuera?
20
Jesús les dijo: --Por causa de vuestra poca fe. Porque de cierto os
digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este
monte: "Pásate de Aquí, Allá"; y se Pasará. Nada
os Será imposible.
21
Pero este género de demonio sale Sólo con Oración y
ayuno.
22
Estando ellos reunidos en Galilea, Jesús les dijo: "El Hijo del Hombre
ha de ser entregado en manos de hombres,
23
y le Matarán. Pero al tercer Día Resucitará." Y ellos
se entristecieron en gran manera.
24
Cuando ellos llegaron a Capernaúm, fueron a Pedro los que cobraban
el impuesto del templo y dijeron: --¿Vuestro maestro no paga el impuesto
del templo?
25
El dijo: --Sí. Al entrar en casa, Jesús le Habló primero
diciendo: --¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra,
¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus
hijos o de otros?
26
Pedro le dijo: --De otros. Jesús le dijo: --Luego, los hijos Están
libres de Obligación.
27
Pero, para que no los ofendamos, vé al mar, echa el anzuelo, y el
primer pez que suba, Tómalo. Cuando abras su boca, Hallarás
un estatero. Tómalo y dalo por Mí y por ti.
En aquel tiempo los Discípulos se acercaron a Jesús diciendo:
--¿Quién es el Más importante en el reino de los cielos?
2
Jesús Llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
3
y dijo: --De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis
como los niños, Jamás entraréis en el reino de los cielos.
4
Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése
es el Más importante en el reino de los cielos.
5
Y cualquiera que en mi nombre reciba a un niño como éste, a
Mí me recibe.
6
Y a cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen
en Mí, mejor le fuera que se le atase al cuello una gran piedra de
molino y que se le hundiese en lo profundo del mar.
7
¡Ay del mundo por los tropiezos! Es inevitable que haya tropiezos, pero
¡ay del hombre que los ocasione!
8
Por tanto, si tu mano o tu pie te hace tropezar, Córtalo y échalo
de ti. Mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos
o dos pies ser echado en el fuego eterno.
9
Y si tu ojo te hace tropezar, Sácalo y échalo de ti. Mejor
te es entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado
en el infierno de fuego.
10
Mirad, no Tengáis en poco a ninguno de estos pequeños, porque
os digo que sus ángeles en los cielos siempre ven el rostro de mi
Padre que Está en los cielos.
11
Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se Había perdido.
12
¿Qué os parece? Si Algún hombre tiene cien ovejas y se
Extravía una, ¿acaso no Dejará las noventa y nueve en
las montañas e Irá a buscar la descarriada?
13
Y si sucede que la encuentra, de cierto os digo que se goza Más por
aquélla que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
14
Así que, no es la voluntad de vuestro Padre que Está en los
cielos que se pierda ni uno de estos pequeños.
15
Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé, amonéstale a solas
entre Tú y él. Si él te escucha, has ganado a tu hermano.
16
Pero si no escucha, toma Aún contigo uno o dos, para que todo asunto
conste Según la boca de dos o tres testigos.
17
Y si él no les hace caso a ellos, dilo a la iglesia; y si no hace
caso a la iglesia, tenlo por gentil y publicano.
18
De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra Habrá
sido atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra Habrá
sido desatado en el cielo.
19
Otra vez os digo que, si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra
acerca de cualquiera cosa que pidan, les Será hecha por mi Padre que
Está en los cielos.
20
Porque donde dos o tres Están congregados en mi nombre, Allí
estoy yo en medio de ellos.
21
Entonces Pedro se Acercó y le dijo: --Señor, ¿Cuántas
veces Pecará mi hermano contra Mí y yo le perdonaré?
¿Hasta siete veces?
22
Jesús le dijo: --No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces
siete.
23
Por esto, el reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que quiso
hacer cuentas con sus siervos.
24
Y cuando él Comenzó a hacer cuentas, le fue Traído uno
que le Debía diez mil talentos.
25
Puesto que él no Podía pagar, su señor Mandó
venderlo a él, junto con su mujer, sus hijos y todo lo que Tenía,
y que se le pagara.
26
Entonces el siervo Cayó y se Postró delante de él diciendo:
"Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo."
27
El señor de aquel siervo, movido a Compasión, le Soltó
y le Perdonó la deuda.
28
Pero al salir, aquel siervo Halló a uno de sus consiervos que le
Debía cien denarios, y asiéndose de él, le ahogaba diciendo:
"Paga lo que debes."
29
Entonces su consiervo, cayendo, le rogaba diciendo: "¡Ten paciencia
conmigo, y yo te pagaré."
30
Pero él no quiso, sino que fue y lo Echó en la Cárcel
hasta que le pagara lo que le Debía.
31
Así que, cuando sus consiervos vieron lo que Había sucedido,
se entristecieron mucho; y fueron y declararon a su señor todo lo
que Había sucedido.
32
Entonces su señor le Llamó y le dijo: "¡Siervo malvado!
Toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
33
¿No Debías Tú también tener misericordia de tu
consiervo, Así como también yo tuve misericordia de ti?"
34
Y su señor, enojado, le Entregó a los verdugos hasta que le
pagara todo lo que le Debía.
35
Así también Hará con vosotros mi Padre celestial, si
no Perdonáis de Corazón cada uno a su hermano.
Aconteció que, cuando Jesús Acabó estas palabras,
Partió de Galilea y fue a las fronteras de Judea, al otro lado del
Jordán.
2
Grandes multitudes le siguieron, y los Sanó Allí.
3
Entonces los fariseos se acercaron a él para probarle, diciendo:
--¿Le es Lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier
Razón?
4
El Respondió y dijo: --¿No habéis Leído que el
que los Creó en el principio, los hizo Varón y mujer?
5
Y dijo: "Por esta causa el hombre Dejará a su padre y a su madre,
y se Unirá a su mujer; y Serán los dos una sola carne."
6
Así que ya no son Más dos, sino una sola carne. Por tanto,
lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.
7
Le dijeron: --¿Por qué, pues, Mandó Moisés darle
carta de divorcio y despedirla?
8
Les dijo: --Ante vuestra dureza de Corazón, Moisés os
Permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero desde el principio
no fue Así.
9
Y os digo que cualquiera que se divorcia de su mujer, a no ser por causa
de Fornicación, y se casa con otra, comete adulterio.
10
Le dijeron sus Discípulos: --Si Así es el caso del hombre con
su mujer, no conviene casarse.
11
Entonces él les dijo: --No todos son capaces de aceptar esta palabra,
sino aquellos a quienes les Está concedido.
12
Porque hay eunucos que nacieron Así desde el vientre de la madre,
hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que
a Sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos.
El que puede aceptar esto, que lo acepte.
13
Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos
sobre ellos y orase. Pero los Discípulos los reprendieron.
14
Entonces Jesús les dijo: --Dejad a los niños y no les
Impidáis venir a Mí, porque de los tales es el reino de los
cielos.
15
Y habiendo puesto las manos sobre ellos, Partió de Allí.
16
He Aquí vino uno a él y le dijo: --Maestro, ¿qué
cosa buena haré para tener la vida eterna?
17
El le dijo: --¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Hay uno
solo que es bueno. Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
18
Le dijo: --¿Cuáles? Jesús Respondió: --No
Cometerás homicidio, no Cometerás adulterio, no Robarás,
no Dirás falso testimonio,
19
honra a tu padre y a tu madre, y Amarás a tu Prójimo como a
ti mismo.
20
El joven le dijo: --Todo esto he guardado. ¿Qué Más me
falta?
21
Le dijo Jesús: --Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes y
dalo a los pobres; y Tendrás tesoro en el cielo. Y ven; Sígueme.
22
Pero cuando el joven Oyó la palabra, se fue triste, porque Tenía
muchas posesiones.
23
Entonces Jesús dijo a sus Discípulos: --De cierto os digo,
que Difícilmente Entrará el rico en el reino de los cielos.
24
Otra vez os digo que le es Más Fácil a un camello pasar por
el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
25
Cuando los Discípulos lo oyeron, se asombraron en gran manera diciendo:
--Entonces, ¿quién Podrá ser salvo?
26
Jesús los Miró y les dijo: --Para los hombres esto es imposible,
pero para Dios todo es posible.
27
Entonces Respondió Pedro y le dijo: --He Aquí, nosotros lo
hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué hay, pues, para nosotros?
28
Jesús les dijo: --De cierto os digo que en el tiempo de la
Regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su
gloria, vosotros que me habéis seguido os sentaréis también
sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
29
Y todo aquel que deja casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o
mujer, o hijos, o campos por causa de mi nombre, Recibirá cien veces
Más y Heredará la vida eterna.
30
Pero muchos primeros Serán últimos, y muchos últimos
Serán primeros.
Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, dueño de un
campo, que Salió al amanecer a contratar obreros para su viña.
2
Habiendo convenido con los obreros en un denario al Día, los Envió
a su viña.
3
Salió también como a la tercera hora y vio que otros estaban
en la plaza desocupados,
4
y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os daré
lo que sea justo." Y ellos fueron.
5
Salió otra vez como a la sexta hora y a la novena hora, e hizo lo
mismo.
6
También alrededor de la undécima hora Salió y Halló
que otros estaban Allí, y les dijo: "¿Por qué Estáis
Aquí todo el Día desocupados?"
7
Le dijeron: "Porque nadie nos ha contratado." Les dijo: "Id también
vosotros a la viña."
8
Al llegar la noche, dijo el señor de la viña a su mayordomo:
"Llama a los obreros y Págales el jornal. Comienza desde los últimos
hasta los primeros."
9
Entonces vinieron los que Habían ido cerca de la undécima hora
y recibieron cada uno un denario.
10
Y cuando vinieron, los primeros pensaron que Recibirían Más;
pero ellos también recibieron un denario cada uno.
11
Al recibirlo, murmuraban contra el dueño del campo,
12
diciendo: "Estos últimos trabajaron una sola hora, y los has hecho
iguales a nosotros, que hemos soportado el peso y el calor del Día."
13
Pero él Respondió y dijo a uno de ellos: "Amigo, no te hago
ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un denario?
14
Toma lo que es tuyo y vete. Pero quiero darle a este último como a
ti.
15
¿No me es Lícito hacer lo que quiero con lo Mío? ¿O
tienes envidia porque soy bueno?"
16
Así, los últimos Serán primeros, y los primeros
últimos.
17
Mientras Jesús Subía a Jerusalén, Tomó a sus
doce Discípulos aparte y les dijo en el camino:
18
--He Aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre Será
entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le Condenarán
a muerte.
19
Le Entregarán a los gentiles para que se burlen de él, le azoten
y le crucifiquen; pero al tercer Día Resucitará.
20
Entonces se Acercó a él la madre de los hijos de Zebedeo con
sus hijos, Postrándose ante él y pidiéndole algo.
21
El le dijo: --¿Qué deseas? Ella le dijo: --Ordena que en tu reino
estos dos hijos Míos se sienten el uno a tu derecha y el otro a tu
izquierda.
22
Entonces respondiendo Jesús dijo: --No sabéis lo que Pedís.
¿Podéis beber la copa que yo he de beber? Ellos le dijeron:
--Podemos.
23
Les dijo: --A la verdad, beberéis de mi copa; pero el sentarse a mi
derecha o a mi izquierda no es Mío concederlo, sino que es para quienes
lo ha preparado mi Padre.
24
Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos.
25
Entonces Jesús los Llamó y les dijo: --Sabéis que los
gobernantes de los gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son
grandes ejercen autoridad sobre ellos.
26
Entre vosotros no Será Así. Más bien, cualquiera que
anhele ser grande entre vosotros Será vuestro servidor;
27
y el que anhele ser el primero entre vosotros, Será vuestro siervo.
28
De la misma manera, el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir y para dar su vida en rescate por muchos.
29
Saliendo ellos de Jericó, le Siguió una gran multitud.
30
Y he Aquí dos ciegos estaban sentados junto al camino, y cuando oyeron
que Jesús pasaba, clamaron diciendo: --¡Señor, Hijo de
David, ten misericordia de nosotros!
31
La gente les Reprendía para que se callasen, pero ellos gritaron aun
Más fuerte diciendo: --¡Señor, Hijo de David, ten misericordia
de nosotros!
32
Jesús se detuvo, los Llamó y les dijo: --¿Qué
queréis que os haga?
33
Le dijeron: --Señor, que sean abiertos nuestros ojos.
34
Entonces Jesús, conmovido dentro de Sí, les Tocó los
ojos; y de inmediato recobraron la vista y le siguieron.
Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto
al monte de los Olivos, entonces Jesús Envió a dos
Discípulos,
2
diciéndoles: --Id a la aldea que Está frente a vosotros, y
en seguida hallaréis una asna atada, y un borriquillo con ella. Desatadla
y traédmelos.
3
Si alguien os dice algo, decidle: "El Señor los necesita, y luego
los Enviará."
4
Todo esto Aconteció para cumplir lo dicho por el profeta, cuando dijo:
5
Decid a la hija de Sion: "He Aquí tu Rey viene a ti, manso y sentado
sobre una asna y sobre un borriquillo, hijo de bestia de carga."
6
Los Discípulos fueron e hicieron como Jesús les Mandó.
7
Trajeron el asna y el borriquillo y pusieron sobre ellos sus mantos, y él
se Sentó encima de ellos.
8
La mayor parte de la multitud Tendió sus mantos en el camino, mientras
otros cortaban ramas de los árboles y las Tendían por el camino.
9
Las multitudes que iban delante de él y las que le Seguían
aclamaban diciendo: --¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que
viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
10
Cuando él Entró en Jerusalén, toda la ciudad se
Conmovió diciendo: --¿Quién es éste?
11
Y las multitudes Decían: --Este es Jesús el profeta, de Nazaret
de Galilea.
12
Entró Jesús en el templo y Echó fuera a todos los que
Vendían y compraban en el templo. Volcó las mesas de los cambistas
y las sillas de los que Vendían palomas,
13
y les dijo: --Escrito Está: Mi casa Será llamada casa de
Oración, pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
14
Entonces ciegos y cojos vinieron a él en el templo, y él los
Sanó.
15
Pero los principales sacerdotes y los escribas se indignaron cuando vieron
las maravillas que él hizo, y a los muchachos que le aclamaban en
el templo diciendo: --¡Hosanna al Hijo de David!
16
Y le dijeron: --¿Oyes lo que dicen éstos? Jesús les dijo:
--Sí. ¿Nunca Leísteis: De la boca de los niños
y de los que maman preparaste la alabanza?
17
Los Dejó y Salió fuera de la ciudad a Betania, y se Alojó
Allí.
18
Volviendo a la ciudad por la mañana, él tuvo hambre.
19
Al ver una higuera en el camino, fue a ella; pero no Encontró nada
en ella sino Sólo hojas, y le dijo: --Nunca Jamás brote fruto
de ti. Pronto se Secó la higuera,
20
y los Discípulos, al verlo, se maravillaron diciendo: --¿Cómo
se Secó tan pronto la higuera?
21
Jesús Respondió y les dijo: --De cierto os digo que si tenéis
fe y no Dudáis, no Sólo haréis esto de la higuera, sino
que si Decís a este monte: "Quítate y Arrójate al mar",
Así Será.
22
Todo lo que Pidáis en Oración, creyendo, lo recibiréis.
23
El Llegó al templo, y mientras estaba enseñando, se acercaron
a él los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo, y le
Decían: --¿Con qué autoridad haces estas cosas?
¿Quién te dio esta autoridad?
24
Entonces Respondió Jesús y les dijo: --Yo también os
haré una pregunta; y si me respondéis, yo también os
diré con qué autoridad hago estas cosas.
25
¿De Dónde era el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres?
Entonces ellos razonaban entre Sí, diciendo: --Si decimos "del cielo",
nos Dirá: "¿Por qué, pues, no le Creísteis?"
26
Y si decimos "de los hombres...", tememos al pueblo, porque todos tienen
a Juan por profeta.
27
Respondieron a Jesús y dijeron: --No sabemos. Y él les dijo:
--Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
28
¿Pero, qué os parece? Un hombre Tenía dos hijos. Se
Acercó al primero y le dijo: "Hijo, vé hoy a trabajar en la
viña."
29
El Contestó y dijo: "No quiero." Pero después, Cambió
de parecer y fue.
30
Al acercarse al otro, le dijo lo mismo; y él Respondió diciendo:
"¡Sí, señor, yo voy!" Y no fue.
31
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos dijeron:
--El primero. Y Jesús les dijo: --De cierto os digo que los publicanos
y las prostitutas entran delante de vosotros en el reino de Dios.
32
Porque Juan vino a vosotros en el camino de justicia, y no le Creísteis;
pero los publicanos y las prostitutas le creyeron. Y aunque vosotros lo visteis,
después no cambiasteis de parecer para creerle.
33
Oíd otra Parábola: Había un hombre, dueño de
un campo, quien Plantó una viña. La Rodeó con una cerca,
Cavó en ella un lagar, Edificó una torre, la Arrendó
a unos labradores y se fue lejos.
34
Pero cuando se Acercó el tiempo de la cosecha, Envió sus siervos
a los labradores para recibir sus frutos.
35
Y los labradores, tomando a sus siervos, a uno hirieron, a otro mataron y
a otro apedrearon.
36
El Envió de nuevo otros siervos, en mayor Número que los primeros,
y les hicieron lo mismo.
37
Por último, les Envió a su hijo, diciendo: "Tendrán
respeto a mi hijo."
38
Pero al ver al hijo, los labradores dijeron entre Sí: "Este es el
heredero. Venid, matémosle y tomemos Posesión de su herencia."
39
Le prendieron, le echaron fuera de la viña y le mataron.
40
Ahora bien, cuando venga el señor de la viña, ¿qué
Hará con aquellos labradores?
41
Le dijeron: --A los malvados los Destruirá sin misericordia, y
Arrendará su viña a otros labradores, quienes le Pagarán
el fruto a su tiempo.
42
Jesús les dijo: --¿Nunca habéis Leído en las
Escrituras? La piedra que desecharon los edificadores, ésta fue hecha
cabeza del ángulo. De parte del Señor Sucedió esto,
y es maravilloso en nuestros ojos.
43
Por esta Razón os digo que el reino de Dios Será quitado de
vosotros y Será dado a un pueblo que Producirá los frutos del
reino.
44
El que caiga sobre esta piedra Será quebrantado, y Desmenuzará
a cualquiera sobre quien ella caiga.
45
Al Oír sus Parábolas, los principales sacerdotes y los fariseos
entendieron que él hablaba de ellos.
46
Pero buscando Cómo echarle mano, temieron al pueblo; porque le Tenía
por profeta.
Jesús Respondió y les Volvió a hablar en Parábolas
diciendo:
2
--El reino de los cielos es semejante a un rey que Celebró el banquete
de bodas para su hijo.
3
Envió a sus siervos para llamar a los que Habían sido invitados
a las bodas, pero no Querían venir.
4
Volvió a enviar otros siervos, diciendo: "Decid a los invitados: 'He
Aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han
sido matados, y todo Está preparado. Venid a las bodas.'"
5
Pero ellos no le hicieron caso y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio;
6
y los otros tomaron a sus siervos, los afrentaron y los mataron.
7
El rey se Enojó, y enviando sus tropas Mató a aquellos asesinos
y Prendió fuego a su ciudad.
8
Entonces dijo a sus siervos: "El banquete, a la verdad, Está preparado,
pero los invitados no eran dignos.
9
Id, pues, a las encrucijadas de los caminos y llamad al banquete de bodas
a cuantos halléis."
10
Aquellos siervos salieron por los caminos y reunieron a todos los que hallaron,
tanto buenos como malos; y el banquete de bodas estuvo lleno de convidados.
11
Pero cuando Entró el rey para ver a los convidados y vio Allí
a un hombre que no llevaba ropa de bodas,
12
le dijo: "Amigo, ¿Cómo entraste Aquí, sin llevar ropa
de bodas?" Pero él Quedó mudo.
13
Entonces el rey dijo a los que Servían: "Atadle los pies y las manos
y echadle en las tinieblas de afuera." Allí Habrá llanto y
crujir de dientes;
14
porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.
15
Entonces se fueron los fariseos y consultaron Cómo Podrían
enredarle en alguna palabra.
16
Después enviaron a él Discípulos de ellos, junto con
los herodianos, diciendo: --Maestro, sabemos que eres hombre de verdad, que
enseñas el camino de Dios con verdad y que no te cuidas de nadie;
porque no miras la apariencia de los hombres.
17
Dinos, pues, ¿qué te parece? ¿Es Lícito dar tributo
al César, o no?
18
Pero Jesús, entendiendo la malicia de ellos, les dijo: --¿Por
qué me Probáis, Hipócritas?
19
Mostradme la moneda del tributo. Ellos le presentaron un denario.
20
Entonces él les dijo: --¿De quién es esta imagen y esta
Inscripción?
21
Le dijeron: --Del César. Entonces él les dijo: --Por tanto,
dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
22
Al Oír esto, se maravillaron; y Dejándole, se fueron.
23
Aquel Día se le acercaron unos saduceos, quienes dicen que no hay
Resurrección, y le preguntaron diciendo:
24
--Maestro, Moisés dijo: Si alguno muere sin tener hijos, su hermano
se Casará con su mujer y Levantará descendencia a su hermano.
25
Había, pues, siete hermanos entre nosotros. El primero Tomó
mujer y Murió, y como no Tenía descendencia, Dejó su
mujer a su hermano.
26
De la misma manera Sucedió también con el segundo y el tercero,
hasta los siete.
27
Después de todos, Murió también la mujer.
28
En la Resurrección, puesto que todos la tuvieron, ¿de Cuál
de los siete Será mujer?
29
Entonces Respondió Jesús y les dijo: --Erráis porque
no conocéis las Escrituras, ni tampoco el poder de Dios;
30
porque en la Resurrección no se casan ni se dan en casamiento, sino
que son como los ángeles que Están en el cielo.
31
Y acerca de la Resurrección de los muertos, ¿no habéis
Leído lo que os fue dicho por Dios?
32
Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es
Dios de muertos, sino de vivos.
33
Al Oír esto, las multitudes estaban Atónitas de su doctrina.
34
Entonces los fariseos, al Oír que Había hecho callar a los
saduceos, se reunieron de Común acuerdo.
35
Uno de ellos, intérprete de la ley, Preguntó para probarle:
36
--Maestro, ¿Cuál es el gran mandamiento de la ley?
37
Jesús le dijo: --Amarás al Señor tu Dios con todo tu
Corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.
38
Este es el grande y el primer mandamiento.
39
Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu Prójimo
como a ti mismo.
40
De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.
41
Habiéndose reunido los fariseos, Jesús les Preguntó
42
diciendo: --¿Qué Pensáis acerca del Cristo? ¿De
quién es hijo? Le dijeron: --De David.
43
El les dijo: --Entonces, ¿Cómo es que David, mediante el
Espíritu, le llama Señor? Pues dice:
44
Dijo el Señor a mi Señor: "Siéntate a mi diestra hasta
que ponga a tus enemigos debajo de tus pies."
45
Pues, si David le llama Señor, ¿Cómo es su hijo?
46
Nadie le Podía responder palabra, ni nadie se Atrevió desde
aquel Día a preguntarle Más.
Entonces Habló Jesús a la multitud y a sus Discípulos,
2
diciendo: "Los escribas y los fariseos Están sentados en la Cátedra
de Moisés.
3
Así que, todo lo que os digan hacedlo y guardadlo; pero no Hagáis
Según sus obras, porque ellos dicen y no hacen.
4
Atan cargas pesadas y Difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros
de los hombres; pero ellos mismos no las quieren mover ni aun con el dedo.
5
Más bien, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Ellos
ensanchan sus filacterias y alargan los flecos de sus mantos.
6
Aman los primeros asientos en los banquetes y las primeras sillas en las
sinagogas,
7
las salutaciones en las plazas y el ser llamados por los hombres: Rabí,
Rabí.
8
"Pero vosotros, no Seáis llamados Rabí; porque uno solo es
vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos.
9
Y no llaméis a nadie vuestro Padre en la tierra, porque vuestro Padre
que Está en los cielos es uno solo.
10
Ni os llaméis Guía, porque vuestro Guía es uno solo,
el Cristo.
11
Pero el que es mayor entre vosotros Será vuestro siervo;
12
porque el que se enaltece Será humillado, y el que se humilla Será
enaltecido.
13
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, Hipócritas! Porque
Cerráis el reino de los cielos delante de los hombres. Pues vosotros
no Entráis, ni Dejáis entrar a los que Están entrando.
14
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, Hipócritas! Porque
Devoráis las casas de viudas y como pretexto hacéis largas
oraciones. ¡Por esto recibiréis mayor Condenación!
15
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, Hipócritas! Porque
recorréis mar y tierra para hacer un solo prosélito; y cuando
lo Lográis, le hacéis un hijo del infierno dos veces Más
que vosotros.
16
"¡Ay de vosotros, Guías ciegos! Pues Decís: 'Si uno jura
por el santuario, no significa nada; pero si jura por el oro del santuario,
queda bajo Obligación.'
17
¡Necios y ciegos! ¿Cuál es Más importante: el oro
o el santuario que santifica al oro?
18
O Decís: 'Si uno jura por el altar, no significa nada; pero si jura
por la ofrenda que Está sobre el altar, queda bajo Obligación.'
19
¡Ciegos! ¿Cuál es Más importante: la ofrenda o el
altar que santifica a la ofrenda?
20
Por tanto, el que jura por el altar, jura por el altar y por todo lo que
Está sobre él.
21
Y el que jura por el santuario, jura por el santuario y por aquel que habita
en él.
22
Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que Está
sentado sobre él.
23
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, Hipócritas! Porque
Entregáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino; pero
habéis omitido lo Más importante de la ley, a saber, el juicio,
la misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin omitir
aquéllas.
24
¡Guías ciegos, que Coláis el mosquito pero Tragáis
el camello!
25
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, Hipócritas! Porque
Limpiáis lo de afuera del vaso o del plato, pero por dentro Están
llenos de robo y de desenfreno.
26
¡Fariseo ciego! ¡Limpia primero el interior del vaso para que
también el exterior se haga limpio!
27
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, Hipócritas! Porque sois
semejantes a sepulcros blanqueados que, a la verdad, se muestran hermosos
por fuera; pero por dentro Están llenos de huesos de muertos y de
toda impureza.
28
Así también vosotros, a la verdad, por fuera os Mostráis
justos a los hombres; pero por dentro Estáis llenos de Hipocresía
e iniquidad.
29
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, Hipócritas! Porque
Edificáis los sepulcros de los profetas y Adornáis los monumentos
de los justos,
30
y Decís: 'Si hubiéramos vivido en los Días de nuestros
padres, no Habríamos sido sus Cómplices en la sangre de los
profetas.'
31
Así dais testimonio contra vosotros mismos de que sois hijos de aquellos
que mataron a los profetas.
32
¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!
33
"¡Serpientes! ¡Generación de Víboras! ¿Cómo
os escaparéis de la Condenación del infierno?
34
Por tanto, mirad; yo os Envío profetas, sabios y escribas; y de ellos,
a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis
en vuestras sinagogas y perseguiréis de ciudad en ciudad,
35
de manera que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado
sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías
hijo de Berequías, a quien matasteis entre el santuario y el altar.
36
De cierto os digo, que todo esto Recaerá sobre esta Generación.
37
"¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas
a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus
hijos, Así como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas,
y no quisiste!
38
He Aquí, vuestra casa os es dejada desierta,
39
porque os digo que desde ahora no me veréis Más hasta que
Digáis: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!"
Cuando Jesús Salió y se iba del templo, se le acercaron sus
Discípulos para mostrarle los edificios del templo.
2
Y él respondiendo les dijo: --¿No veis todo esto? De cierto os
digo que Aquí no Quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.
3
Estando él sentado en el monte de los Olivos, sus Discípulos
se acercaron a él aparte, y le dijeron: --Dinos, ¿Cuándo
Sucederán estas cosas? ¿Y qué señal Habrá
de tu venida y del fin del mundo?
4
Respondió Jesús y les dijo: --Mirad que nadie os engañe;
5
porque muchos Vendrán en mi nombre diciendo: "Yo soy el Cristo", y
Engañarán a muchos.
6
Oiréis de guerras y de rumores de guerras. Mirad que no os turbéis,
porque es necesario que esto acontezca; pero Todavía no es el fin.
7
Porque se Levantará Nación contra Nación y reino contra
reino. Habrá hambre y terremotos por todas partes.
8
Pues todas estas cosas son principio de dolores.
9
Entonces os Entregarán a Tribulación y os Matarán, y
seréis aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre.
10
Entonces muchos Tropezarán; y se Traicionarán unos a otros,
y se Aborrecerán unos a otros.
11
Muchos falsos profetas se Levantarán y Engañarán a muchos;
12
y por haberse multiplicado la maldad, se Enfriará el amor de muchos.
13
Pero el que persevere hasta el fin Será salvo.
14
Y este evangelio del reino Será predicado en todo el mundo para testimonio
a todas las razas, y luego Vendrá el fin.
15
Por tanto, cuando Veáis establecida en el lugar santo la Abominación
desoladora, de la cual Habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),
16
entonces los que estén en Judea huyan a los montes.
17
El que esté en la azotea no descienda para sacar algo de su casa,
18
y el que esté en el campo no vuelva Atrás a tomar su manto.
19
¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que Críen
en aquellos Días!
20
Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en Sábado;
21
porque entonces Habrá gran Tribulación como no ha habido desde
el principio del mundo hasta ahora, ni Habrá Jamás.
22
Si aquellos Días no fuesen acortados, no se Salvaría nadie;
pero por causa de los escogidos, aquellos Días Serán acortados.
23
Entonces, si alguien os dice: "Mirad, Aquí Está el Cristo",
o "Está Acá", no le Creáis.
24
Porque se Levantarán falsos cristos y falsos profetas, y Darán
grandes señales y maravillas de tal manera que Engañarán,
de ser posible, aun a los escogidos.
25
¡Mirad! Os lo he dicho de antemano.
26
Así que, si os dicen: "Mirad, Está en el desierto", no
Salgáis; o "Mirad, Está en las habitaciones interiores", no
lo Creáis.
27
Porque Así como el Relámpago sale del oriente y se muestra
hasta el occidente, Así Será la venida del Hijo del Hombre.
28
Porque donde esté el Cadáver, Allí se Juntarán
los buitres.
29
Pero inmediatamente después de la Tribulación de aquellos
Días, el sol se Oscurecerá, y la luna no Dará su resplandor.
Las estrellas Caerán del cielo y los poderes de los cielos Serán
sacudidos.
30
Entonces se Manifestará la señal del Hijo del Hombre en el
cielo, y en ese tiempo Harán duelo todas las tribus de la tierra,
y Verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con
poder y gran gloria.
31
El Enviará a sus ángeles con un gran sonar de trompeta, y ellos
Reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos, desde
un extremo del cielo hasta el otro.
32
De la higuera aprended la Analogía: Cuando su rama ya Está
tierna y brotan sus hojas, sabéis que el verano Está cerca.
33
Así también vosotros, cuando Veáis todas estas cosas,
sabed que Está cerca, a las puertas.
34
De cierto os digo que no Pasará esta Generación hasta que todas
estas cosas sucedan.
35
El cielo y la tierra Pasarán, pero mis palabras no Pasarán.
36
Pero acerca de aquel Día y hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles
de los cielos, ni aun el Hijo, sino Sólo el Padre.
37
Porque como en los Días de Noé, Así Será la venida
del Hijo del Hombre.
38
Pues como en aquellos Días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,
Casándose y Dándose en casamiento hasta el Día en que
Noé Entró en el arca,
39
y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los Llevó a todos,
Así Será también la venida del Hijo del Hombre.
40
En aquel entonces Estarán dos en el campo; el uno Será tomado,
y el otro Será dejado.
41
Dos mujeres Estarán moliendo en un molino; la una Será tomada,
y la otra dejada.
42
Velad, pues, porque no sabéis en qué Día viene vuestro
Señor.
43
Pero sabed esto: Si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora
Habría de venir el Ladrón, Habría velado y no Habría
dejado que forzaran la entrada a su casa.
44
Por tanto, estad preparados también vosotros, porque a la hora que
no Pensáis, Vendrá el Hijo del Hombre.
45
¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor
le puso sobre los criados de su casa, para que les diera alimentos a su debido
tiempo?
46
Bienaventurado Será aquel siervo a quien, cuando su señor venga,
le encuentre haciéndolo Así.
47
De cierto os digo que le Pondrá sobre todos sus bienes.
48
Pero si aquel siervo malvado dice en su Corazón: "Mi señor
tarda";
49
y si comienza a golpear a sus consiervos, y si come y bebe con los borrachos,
50
el señor de aquel siervo Vendrá en el Día que no espera
y a la hora que no sabe,
51
y le Castigará duramente y le Asignará lugar con los
Hipócritas. Allí Habrá llanto y crujir de dientes.
Entonces, el reino de los cielos Será semejante a diez Vírgenes
que tomaron sus Lámparas y salieron a recibir al novio.
2
Cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes.
3
Cuando las insensatas tomaron sus Lámparas, no tomaron consigo aceite;
4
pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus
Lámparas.
5
Y como tardaba el novio, todas cabecearon y se quedaron dormidas.
6
A la media noche se Oyó gritar: "¡He Aquí el novio!
¡Salid a recibirle!"
7
Entonces, todas aquellas Vírgenes se levantaron y alistaron sus
Lámparas.
8
Y las insensatas dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite, porque
nuestras Lámparas se apagan."
9
Pero las prudentes respondieron diciendo: "No, no sea que nos falte a nosotras
y a vosotras; id, Más bien, a los vendedores y comprad para vosotras
mismas."
10
Mientras ellas iban para comprar, Llegó el novio; y las preparadas
entraron con él a la boda, y se Cerró la puerta.
11
Después vinieron también las otras Vírgenes diciendo:
"¡Señor, señor, ábrenos!"
12
Pero él respondiendo dijo: "De cierto os digo que no os conozco."
13
Velad, pues, porque no sabéis ni el Día ni la hora.
14
Porque el reino de los cielos Será semejante a un hombre que al emprender
un viaje largo, Llamó a sus siervos y les Entregó sus bienes.
15
A uno dio cinco talentos, a otro dos, y a otro, uno. A cada uno dio conforme
a su capacidad y se fue lejos.
16
Inmediatamente, el que Había recibido cinco talentos se fue, Negoció
con ellos y Ganó otros cinco talentos.
17
De la misma manera, el que Había recibido dos Ganó también
otros dos.
18
Pero el que Había recibido uno fue y Cavó en la tierra, y
Escondió el dinero de su señor.
19
Después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos
y Arregló cuentas con ellos.
20
Cuando se Presentó el que Había recibido cinco talentos, trajo
otros cinco talentos y dijo: "Señor, me entregaste cinco talentos;
he Aquí he ganado otros cinco talentos."
21
Su señor le dijo: "Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido
fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor."
22
Y cuando se Presentó el que Había recibido dos talentos, dijo:
"Señor, me entregaste dos talentos; he Aquí he ganado otros
dos talentos."
23
Su señor le dijo: "Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido
fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor."
24
Pero cuando se Presentó el que Había recibido un talento, dijo:
"Señor, yo te conozco que eres un hombre duro, que cosechas donde
no sembraste y recoges donde no esparciste.
25
Y como tuve miedo, fui y Escondí tu talento en la tierra. Aquí
tienes lo que es tuyo."
26
Su señor Respondió y le dijo: "¡Siervo malo y perezoso!
¿Sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no
Esparcí?
27
Por lo tanto, Debías haber entregado mi dinero a los banqueros, y
al venir yo, Habría recibido lo que es Mío con los intereses.
28
Por tanto, quitadle el talento y dadlo al que tiene diez talentos.
29
Porque a todo el que tiene le Será dado, y Tendrá en abundancia;
pero al que no tiene, aun lo que tiene le Será quitado.
30
Al siervo Inútil echadlo en las tinieblas de afuera." Allí
Habrá llanto y crujir de dientes.
31
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con
él, entonces se Sentará sobre el trono de su gloria;
32
y todas las naciones Serán reunidas delante de él. El
Separará los unos de los otros, como cuando el pastor separa las ovejas
de los cabritos;
33
y Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
34
Entonces el Rey Dirá a los de su derecha: "¡Venid, benditos de
mi Padre! Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la
Fundación del mundo.
35
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber;
fui forastero, y me recibisteis;
36
estuve desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la
Cárcel, y vinisteis a Mí."
37
Entonces los justos le Responderán diciendo: "Señor,
¿Cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o sediento y te
dimos de beber?
38
¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o desnudo y te vestimos?
39
¿Cuándo te vimos enfermo, o en la Cárcel, y fuimos a ti?"
40
Y respondiendo el Rey les Dirá: "De cierto os digo que en cuanto lo
hicisteis a uno de estos mis hermanos Más pequeños, a Mí
me lo hicisteis."
41
Entonces Dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de Mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
42
Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de
beber;
43
fui forastero, y no me recibisteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo
y en la Cárcel, y no me visitasteis."
44
Entonces le Responderán: "Señor, ¿Cuándo te vimos
hambriento, o sediento, o forastero, o desnudo, o enfermo, o en la Cárcel,
y no te servimos?"
45
Entonces les Responderá diciendo: "De cierto os digo, que en cuanto
no lo hicisteis a uno de estos Más pequeños, tampoco lo hicisteis
a Mí."
46
Entonces Irán éstos al tormento eterno, y los justos a la vida
eterna.
Aconteció que, cuando Jesús Terminó todas estas palabras,
dijo a sus Discípulos:
2
"Sabéis que después de dos Días se celebra la Pascua,
y el Hijo del Hombre va a ser entregado para ser crucificado."
3
Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron
en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás,
4
y consultaron entre Sí para prender a Jesús por engaño
y matarle.
5
Pero Decían: "No lo hagamos en la fiesta, para que no se haga alboroto
en el pueblo."
6
Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
7
vino a él una mujer trayendo un frasco de alabastro con perfume de
gran precio, y lo Derramó sobre la cabeza de Jesús mientras
estaba sentado a la mesa.
8
Al verlo, sus Discípulos se indignaron y dijeron: --¿Para qué
este desperdicio?
9
Porque esto Podría haberse vendido a un gran precio y haberse dado
a los pobres.
10
Como Jesús se dio cuenta, les dijo: --¿Por qué Molestáis
a la mujer? Pues ha hecho una buena obra conmigo.
11
Porque siempre tenéis a los pobres con vosotros, pero a Mí
no siempre me tenéis.
12
Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, ella lo hizo para prepararme
para la sepultura.
13
De cierto os digo que dondequiera que este evangelio sea predicado en todo
el mundo, también Será contado lo que esta mujer ha hecho,
para memoria de ella.
14
Entonces, uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales
sacerdotes
15
y les dijo: --¿Qué me queréis dar? Y yo os lo entregaré.
Ellos le asignaron treinta piezas de plata;
16
y desde entonces él buscaba la oportunidad para entregarle.
17
El primer Día de la fiesta de los panes sin levadura, los Discípulos
se acercaron a Jesús diciendo: --¿Dónde quieres que te
hagamos los preparativos para comer la Pascua?
18
El dijo: --Id a la ciudad, a cierto hombre, y decidle: "El Maestro dice:
'Mi tiempo Está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis
Discípulos.'"
19
Los Discípulos hicieron como Jesús les Mandó y prepararon
la Pascua.
20
Al atardecer, él estaba sentado a la mesa con los doce,
21
y mientras Comían, dijo: --De cierto os digo que uno de vosotros me
va a entregar.
22
Entristecidos en gran manera, comenzaron a preguntarle, uno por uno:
--¿Acaso seré yo, Señor?
23
Entonces respondiendo él dijo: --El que mete la mano conmigo en el
plato, éste me Entregará.
24
A la verdad, el Hijo del Hombre va, tal como Está escrito de él.
Pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado el Hijo del Hombre!
Bueno le fuera a aquel hombre no haber nacido.
25
Y respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: --¿Acaso seré
yo, Maestro? Le dijo: --Tú lo has dicho.
26
Mientras ellos Comían, Jesús Tomó pan y lo bendijo;
lo Partió y lo dio a sus Discípulos, y dijo: --Tomad; comed.
Esto es mi cuerpo.
27
Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio diciendo: --Bebed de ella
todos;
28
porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada para el Perdón
de pecados para muchos.
29
Pero os digo que desde ahora no beberé Más de este fruto de
la vid, hasta aquel Día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino
de mi Padre.
30
Y después de cantar un himno, salieron al monte de los Olivos.
31
Entonces Jesús les dijo: --Todos vosotros os escandalizaréis
de Mí esta noche, porque Está escrito: Heriré al Pastor,
y las ovejas del rebaño Serán dispersadas.
32
Pero después de haber resucitado, iré delante de vosotros a
Galilea.
33
Respondiéndole Pedro dijo: --Aunque todos se escandalicen de ti, yo
nunca me escandalizaré.
34
Jesús le dijo: --De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo
cante, Tú me Negarás tres veces.
35
Pedro le dijo: --Aunque me sea necesario morir contigo, Jamás te
negaré. Y todos los Discípulos dijeron lo mismo.
36
Entonces Llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama
Getsemaní, y dijo a los Discípulos: --Sentaos Aquí,
hasta que yo vaya Allá y ore.
37
Tomó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y Comenzó
a entristecerse y a angustiarse.
38
Entonces les dijo: --Mi alma Está muy triste, hasta la muerte. Quedaos
Aquí y velad conmigo.
39
Pasando un poco Más adelante, se Postró sobre su rostro, orando
y diciendo: --Padre Mío, de ser posible, pase de Mí esta copa.
Pero, no sea como yo quiero, sino como Tú.
40
Volvió a sus Discípulos y los Halló durmiendo, y dijo
a Pedro: --¿Así que no habéis podido velar ni una sola
hora conmigo?
41
Velad y orad, para que no entréis en Tentación. El Espíritu,
a la verdad, Está dispuesto; pero la carne es débil.
42
Por segunda vez se Apartó y Oró diciendo: --Padre Mío,
si no puede pasar de Mí esta copa sin que yo la beba, Hágase
tu voluntad.
43
Cuando Volvió otra vez, los Halló durmiendo, porque los ojos
de ellos estaban cargados de sueño.
44
Dejándolos, se Apartó de nuevo y Oró por tercera vez,
repitiendo las mismas palabras.
45
Entonces Volvió a sus Discípulos y les dijo: --¿Todavía
Estáis durmiendo y descansando? He Aquí la hora Está
cerca, y el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
46
¡Levantaos, vamos! He Aquí Está cerca el que me entrega.
47
Mientras él Aún hablaba, vino Judas, que era uno de los doce,
y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales
sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
48
El que le entregaba les Había dado señal diciendo: "Al que
yo bese, ése es. Prendedle."
49
De inmediato se Acercó a Jesús y dijo: --¡Te saludo,
Rabí! Y le Besó.
50
Pero Jesús le dijo: --Amigo, haz lo que viniste a hacer. Entonces
ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron.
51
Y he Aquí uno de los que estaban con Jesús Extendió
su mano, Sacó su espada, y golpeando a un siervo del sumo sacerdote
le Cortó la oreja.
52
Entonces Jesús le dijo: --Vuelve tu espada a su lugar, porque todos
los que toman espada, a espada Perecerán.
53
¿O piensas que no puedo invocar a mi Padre y que él no me Daría
ahora mismo Más de doce legiones de ángeles?
54
Entonces, ¿Cómo se Cumplirían las Escrituras de que es
necesario que suceda de esta manera?
55
En ese momento Jesús dijo a la multitud: --¿Como contra un asaltante
habéis salido con espadas y palos para prenderme? Cada Día
me sentaba enseñando en el templo, y no me prendisteis.
56
Pero todo esto ha ocurrido para que se cumplan las Escrituras de los profetas.
Entonces todos los Discípulos le abandonaron y huyeron.
57
Los que Habían prendido a Jesús le llevaron ante Caifás,
el sumo sacerdote, donde los escribas y los ancianos se Habían reunido.
58
Y Pedro le Seguía de lejos hasta el patio de la casa del sumo sacerdote.
Habiéndose metido adentro, estaba sentado con los guardias para ver
Cómo terminaba aquello.
59
Los principales sacerdotes, los ancianos y todo el Sanedrín buscaban
falso testimonio contra Jesús, para que le entregaran a muerte.
60
Pero no lo hallaron, a pesar de que se presentaron muchos testigos falsos.
Por fin se presentaron dos,
61
y dijeron: --Este dijo: "Puedo derribar el templo de Dios y edificarlo en
tres Días."
62
Se Levantó el sumo sacerdote y le dijo: --¿No respondes nada?
¿Qué testifican éstos contra ti?
63
Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: --¡Te conjuro
por el Dios viviente que nos digas si Tú eres el Cristo, el Hijo de
Dios!
64
Jesús le dijo: --Tú lo has dicho. Además os digo: De
Aquí en adelante veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra
del Poder, y viniendo en las nubes del cielo.
65
Entonces el sumo sacerdote Rasgó su vestidura diciendo: --¡Ha
blasfemado! ¿Qué Más necesidad tenemos de testigos? He
Aquí, ahora mismo, vosotros habéis Oído la blasfemia.
66
¿Qué os parece? Y ellos respondiendo dijeron: --¡Es reo
de muerte!
67
Entonces le escupieron en la cara y le dieron de puñetazos, y otros
le dieron bofetadas,
68
diciendo: --¡Profetízanos, Cristo! ¿Quién es el que
te Golpeó?
69
Pedro estaba sentado afuera en el patio, y se le Acercó una criada
diciendo: --¡Tú también estabas con Jesús el galileo!
70
Pero él Negó delante de todos diciendo: --No sé lo que
dices.
71
Pero cuando él Salió a la puerta, otra criada le vio y dijo
a los que estaban Allí: --Este estaba con Jesús de Nazaret.
72
Y otra vez Negó con juramento: --Yo no conozco al hombre.
73
Y poco después se acercaron los que estaban por Allí y dijeron
a Pedro: --Verdaderamente, Tú también eres de ellos, porque
aun tu modo de hablar te descubre.
74
Entonces Comenzó a maldecir y a jurar: --¡No conozco al hombre!
En seguida Cantó el gallo,
75
y Pedro se Acordó de las palabras de Jesús que Había
dicho: "Antes que cante el gallo, Tú me Negarás tres veces."
Y saliendo fuera, Lloró amargamente.
Al amanecer, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron
consejo contra Jesús para entregarle a muerte.
2
Y después de atarlo, le llevaron y le entregaron al procurador Pilato.
3
Entonces Judas, el que le Había entregado, al ver que era condenado,
Sintió remordimiento y Devolvió las treinta piezas de plata
a los principales sacerdotes y a los ancianos,
4
diciendo: --Yo he pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron:
--¿Qué nos importa a nosotros? ¡Es asunto tuyo!
5
Entonces él, arrojando las piezas de plata dentro del santuario, se
Apartó, se fue y se Ahorcó.
6
Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: --No es
Lícito ponerlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de
sangre.
7
Y habiendo tomado acuerdo, compraron con ellas el campo del Alfarero, para
sepultura de los extranjeros.
8
Por eso aquel campo se llama Campo de Sangre, hasta el Día de hoy.
9
Entonces se Cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías,
cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado,
Según el precio fijado por los hijos de Israel;
10
y las dieron para el campo del Alfarero, como me Ordenó el Señor.
11
Jesús estuvo de pie en presencia del procurador, y el procurador le
Preguntó diciendo: --¿Eres Tú el rey de los Judíos?
Jesús le dijo: --Tú lo dices.
12
Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, no
Respondió nada.
13
Entonces Pilato le dijo: --¿No oyes Cuántas cosas testifican
contra ti?
14
El no le Respondió ni una palabra, de manera que el procurador se
maravillaba mucho.
15
En la fiesta, el procurador acostumbraba soltar al pueblo un preso, el que
quisieran.
16
Tenían en aquel entonces un preso famoso que se llamaba Barrabás.
17
Estando ellos reunidos, Pilato les dijo: --¿A Cuál queréis
que os suelte? ¿A Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?
18
Porque Sabía que por envidia le Habían entregado.
19
Mientras él estaba sentado en el tribunal, su esposa le Mandó
a decir: "No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido muchas
cosas en sueños por causa de él."
20
Entonces los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes
que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús.
21
Y respondiendo el procurador les dijo: --¿A Cuál de los dos
queréis que os suelte? Ellos dijeron: --¡A Barrabás!
22
Pilato les dijo: --¿Qué, pues, haré con Jesús,
llamado el Cristo? Todos dijeron: --¡Sea crucificado!
23
Y el procurador les dijo: --Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero ellos
gritaban aun Más fuerte diciendo: --¡Sea crucificado!
24
Y cuando Pilato se dio cuenta de que no se lograba nada, sino que Sólo
se Hacía Más alboroto, Tomó agua y se Lavó las
manos delante de la multitud, diciendo: --¡Yo soy inocente de la sangre
de éste! ¡Será asunto vuestro!
25
Respondió todo el pueblo y dijo: --¡Su sangre sea sobre nosotros
y sobre nuestros hijos!
26
Entonces les Soltó a Barrabás; y después de haber azotado
a Jesús, le Entregó para que fuese crucificado.
27
Entonces los soldados del procurador llevaron a Jesús al Pretorio
y reunieron a toda la Compañía alrededor de él.
28
Después de desnudarle, le echaron encima un manto de escarlata.
29
Habiendo entretejido una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza,
y en su mano derecha pusieron una caña. Se arrodillaron delante de
él y se burlaron de él, diciendo: --¡Viva, rey de los
Judíos!
30
Y escupiendo en él, tomaron la caña y le golpeaban la cabeza.
31
Y cuando se Habían burlado de él, le quitaron el manto, le
pusieron sus propios vestidos y le llevaron para crucificarle.
32
Mientras Salían, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón.
A éste le obligaron a cargar la cruz de Jesús.
33
Cuando llegaron al lugar que se llama Gólgota, que significa lugar
de la Calavera,
34
le dieron a beber vino mezclado con ajenjo; pero cuando lo Probó,
no lo quiso beber.
35
Después de crucificarle, repartieron sus vestidos, echando suertes.
36
Y sentados, le guardaban Allí.
37
Pusieron sobre su cabeza su Acusación escrita: ESTE ES JESUS, EL REY
DE LOS JUDIOS.
38
Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha y otro
a la izquierda.
39
Los que pasaban le insultaban, meneando sus cabezas
40
y diciendo: --Tú que derribas el templo y en tres Días lo edificas,
¡Sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y desciende de la
cruz!
41
De igual manera, aun los principales sacerdotes junto con los escribas y
los ancianos se burlaban de él, y Decían:
42
--A otros Salvó; a Sí mismo no se puede salvar. ¿Es rey
de Israel? ¡Que descienda ahora de la cruz, y creeremos en él!
43
Ha confiado en Dios. Que lo libre ahora si le quiere, porque dijo: "Soy Hijo
de Dios."
44
También los ladrones que estaban crucificados con él le injuriaban
de la misma manera.
45
Desde la sexta hora Descendió oscuridad sobre toda la tierra hasta
la hora novena.
46
Como a la hora novena Jesús Exclamó a gran voz diciendo:
--¡Elí, Elí! ¿Lama sabactani? --que significa: Dios
Mío, Dios Mío, ¿por qué me has desamparado?--
47
Cuando algunos de los que estaban Allí le oyeron, Decían: --Este
hombre llama a Elías.
48
Y de inmediato uno de ellos Corrió, Tomó una esponja, la
Llenó de vinagre, y poniéndola en una caña, le daba
de beber.
49
Pero otros Decían: --Deja, veamos si viene Elías a salvarlo.
50
Pero Jesús Clamó otra vez a gran voz y Entregó el
Espíritu.
51
Y he Aquí, el velo del templo se Rasgó en dos, de arriba abajo.
La tierra Tembló, y las rocas se partieron.
52
Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de hombres santos que Habían
muerto se levantaron;
53
y salidos de los sepulcros después de la Resurrección de él,
fueron a la santa ciudad y aparecieron a muchos.
54
Y cuando el Centurión y los que con él guardaban a Jesús
vieron el terremoto y las cosas que Habían sucedido, temieron en gran
manera y dijeron: --¡Verdaderamente éste era Hijo de Dios!
55
Estaban Allí muchas mujeres mirando desde lejos. Ellas Habían
seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole.
56
Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre
de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
57
Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea llamado José, quien
también Había sido Discípulo de Jesús.
58
Este se Presentó a Pilato y Pidió el cuerpo de Jesús.
Entonces Pilato Mandó que se le diese.
59
José Tomó el cuerpo, lo Envolvió en una Sábana
limpia
60
y lo puso en su sepulcro nuevo, que Había labrado en la peña.
Luego hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, y se fue.
61
Estaban Allí María Magdalena y la otra María, sentadas
delante del sepulcro.
62
Al Día siguiente, esto es, después de la Preparación,
los principales sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato,
63
diciendo: --Señor, nos acordamos que mientras Aún Vivía,
aquel engañador dijo: "Después de tres Días
resucitaré."
64
Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer Día, no sea
que sus Discípulos vengan y roben el Cadáver, y digan al pueblo:
"Ha resucitado de los muertos." Y el último fraude Será peor
que el primero.
65
Pilato les dijo: --Tenéis tropas de guardia. Id y aseguradlo como
sabéis hacerlo.
66
Ellos fueron, y habiendo sellado la piedra, aseguraron el sepulcro con la
guardia.
Después del Sábado, al amanecer del primer Día de la
semana, vinieron María Magdalena y la otra María para ver el
sepulcro.
2
Y he Aquí, hubo un gran terremoto; porque el ángel del Señor
Descendió del cielo, y al llegar Removió la piedra y se Sentó
sobre ella.
3
Su aspecto era como un Relámpago, y su vestidura era blanca como la
nieve.
4
Los guardias temblaron por miedo de él y quedaron como muertos.
5
Y respondiendo el ángel dijo a las mujeres: --No Temáis vosotras,
porque sé que Buscáis a Jesús, quien fue crucificado.
6
No Está Aquí, porque ha resucitado, Así como dijo. Venid,
ved el lugar donde estaba puesto.
7
E id de prisa y decid a sus Discípulos que ha resucitado de entre
los muertos. He Aquí va delante de vosotros a Galilea. Allí
le veréis. He Aquí os lo he dicho.
8
Entonces ellas salieron a toda prisa del sepulcro con temor y gran gozo,
y corrieron a dar las nuevas a sus Discípulos.
9
Y he Aquí, Jesús les Salió al encuentro, diciendo:
--¡Os saludo! Y Acercándose ellas, abrazaron sus pies y le adoraron.
10
Entonces Jesús les dijo: --No Temáis. Id, dad las nuevas a
mis hermanos, para que vayan a Galilea. Allí me Verán.
11
Entre tanto que ellas iban, he Aquí algunos de la guardia fueron a
la ciudad y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas
que Habían acontecido.
12
Ellos se reunieron en consejo con los ancianos, y tomando mucho dinero se
lo dieron a los soldados,
13
diciendo: "Decid: 'Sus Discípulos vinieron de noche y lo robaron mientras
nosotros Dormíamos.'
14
Y si esto llega a Oídos del procurador, nosotros le persuadiremos
y os evitaremos problemas."
15
Ellos tomaron el dinero e hicieron como Habían sido instruidos. Y
este dicho se ha divulgado entre los Judíos hasta el Día de
hoy.
16
Pero los once Discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús
les Había mandado.
17
Cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaron.
18
Jesús se Acercó a ellos y les Habló diciendo: "Toda
autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
19
Por tanto, id y haced Discípulos a todas las naciones, Bautizándoles
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
20
y Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.
Y he Aquí, yo estoy con vosotros todos los Días, hasta el fin
del mundo."